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2024 Oct 29 Nobel de Economía 2024: la relevancia de las instituciones. Francisco Guerrero Aguirre.

El progreso económico no es sólo cuestión de crecimiento, sino de cómo se organiza y se distribuye ese crecimiento
Hace un par de semanas, la Real Academia Sueca de las Ciencias otorgó el Premio Nobel de Economía a los investigadores Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson por su trabajo sobre cómo se forman las instituciones y su impacto en la prosperidad.

Ante los desafíos económicos que enfrentamos, desde la desigualdad creciente hasta la inestabilidad política, es crucial entender cómo las instituciones permiten el crecimiento y el desarrollo sostenible, y destacar la urgente necesidad de fortalecerlas en un mundo cada vez más interconectado y complejo.

Los investigadores laureados explican en su investigación cómo algunas sociedades quedan atrapadas en lo que ellos denominan “instituciones extractivas”, y cómo escapar de esta trampa es extremadamente difícil.

El entramado institucional es esencial porque proporciona el marco dentro del cual operan los actores económicos, ya sean individuos, empresas o gobiernos. Investigaciones recientes han demostrado que las economías con instituciones fuertes, que promueven la transparencia, la rendición de cuentas y el respeto al Estado de derecho, tienden a prosperar más que aquellas que transitan en el autoritarismo y la opacidad.

Acemoglu, Johnson y Robinson afirman que instituciones que fueron creadas para explotar a las masas son perjudiciales para el crecimiento a largo plazo, mientras que las que se estructuran alrededor de un Estado de derecho y de libertades económicas, incentivan el crecimiento. Si los sistemas económicos extractivos proporcionan beneficios a corto plazo para una élite gobernante, la introducción de instituciones más inclusivas crearía mayores beneficios a largo plazo.

La pandemia de covid-19 puso de manifiesto la importancia de las instituciones en la gestión de crisis. Los países que contaban con sistemas de salud bien organizados pudieron responder de manera más efectiva, minimizando el impacto. En contraste, aquellos con instituciones débiles vieron un aumento en la vulnerabilidad económica y social, exhibiendo cómo la falta de instituciones fuertes puede agravar las crisis.

La correlación entre la calidad institucional y el desarrollo económico es clara. Los laureados del Nobel han resaltado que las instituciones no sólo moldean las decisiones económicas, sino que también juegan un papel crucial en la asignación eficiente de recursos y en la gestión de conflictos. Las instituciones sólidas facilitan la cooperación internacional, promueven el comercio y la inversión transfronteriza, elementos vitales para la recuperación económica postcrisis.

En el contexto de la creciente digitalización de la economía, las instituciones deben adaptarse a los nuevos retos que plantean tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial, el blockchain y otras innovaciones. La regulación adecuada y el acompañamiento de estas tecnologías son una tarea crítica que requieren instituciones modernas, efectivas y flexibles.

BALANCE
Como lo ha señalado Luis Almagro, secretario general de la OEA, promover control y transparencia asegura la participación ciudadana en la toma de decisiones y fomenta el acceso equitativo a más y mejores oportunidades.

El progreso económico no es sólo cuestión de crecimiento, sino de cómo se organiza y se distribuye ese crecimiento. Fortalecer las instituciones no es sólo pertinente, es esencial para construir sociedades más justas y resilientes. El futuro económico del mundo dependerá de nuestra capacidad para aprender de las lecciones del pasado y aplicar este conocimiento a la construcción de instituciones que sirvan a todos y no sólo a una camarilla.

 

* Los puntos de vista son a título personal.
No representan la posición de la OEA

 

Tomado de Excélsior