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2024 Nov 21 Niños mexicanos sacrificados en el altar del estatismo. Román Revueltas Retes.

Hablando de presupuestos… ¿Se imaginan qué país sería México si los recursos que se dilapidan en apuntalar a Pemex y tapar las pérdidas de CFE se invirtieran en tener las mejores escuelas públicas para nuestros niños?

Soñemos un poco, lectores: los chicos –todos, pero pensando sobre todo en aquellos que crecen en los hogares más pobres— llegarían por la mañana al colegio y, antes de comenzar los cursos, se sentarían a la mesa de un gran comedor, luminoso y embellecido con plantas y flores, para disfrutar de un muy buen desayuno: frutas frescas, huevos, cereales, jugos, leche, pan integral e infusiones de manzanilla o de canela.

Luego, a clases, en aulas amplias provistas de los mejores pupitres y equipamientos, para recibir una enseñanza basada en las técnicas educativas más modernas, impartida por profesores bien pagados y con un elevado sentido de su suprema responsabilidad.

Cursos para aprender la apasionante historia del mundo –y de la propia patria— sin sesgos ideológicos ni visiones tendenciosas, para conocer cómo viven otros pueblos, para hablar bien nuestro idioma y desarrollar la debida comprensión oral, para dominar las nuevas tecnologías, para incursionar en el universo de la lectura y las ideas, para practicar lenguas extranjeras y, entre otras tantas cosas, para adquirir un sentido de ciudadanía gracias a la paulatina asimilación de valores y conocimientos sociales.

Al mediodía, una muy nutritiva comida hecha de alimentos balanceados y saludables. Y, por la tarde, entrenadores para jugar tenis, fútbol, baloncesto o iniciarse en los ámbitos del ajedrez, las artes plásticas, los instrumentos musicales o la fotografía.

Quien crece de tal manera, arropado, día a día, por una escuela generosa y hospitalaria, recibiendo además una educación de excelencia, se transforma, ahí sí, en una persona tan plena como poseedora de una indestructible dignidad. Nuevamente, imaginemos un país entero poblado de gente así.

¿Dinero para consumar tan hermosa utopía? Sí hay. Está ahí, señoras y señores: 464 mil millones que se va a llevar Pemex mientras que a la CFE le caerán 545 mil. Un billón, entre las dos. Es el gasto que han decidido quienes nos gobiernan. Aferrados al dogma estatista e invocando la “soberanía”, perpetran la infamia de no ocuparse en primerísimo lugar de los niños de nuestra nación.

 

Tomado de: Milenio Diario