2024 Dic 08 Estupidez. Rafael Álvarez Cordero.
Para María Amparo Casar, heroína de la libertad.
Una de las actividades académicas de nuestra adolescencia era conocer y saber más de la lengua española, y el interés de explicar el origen de tal o cual palabra era una actividad interesante. ¿Qué es la estupidez?, preguntábamos, porque se tenía como un insulto denigrante, que no lo es. El Diccionario de la Real Academia Española dice: “Estupidez es torpeza notable en comprender las cosas, se caracteriza por un comportamiento o actitud irracional, absurda o poco razonable”. El término estupidez proviene del latín stupidus, estado de aturdimiento o embotellamiento de los sentidos, es el estado mental de las personas torpes, sin lógica en el decir y el actuar. D. Bonhoeffe dijo: “La persona estúpida es la más peligrosa que existe”.
Uno de los intelectuales que más ha escrito sobre la estupidez es Carlo María Cipolla, dice en su libro: “Todos los seres humanos están en cuatro categorías: inteligentes, malvados, incautos y estúpidos... el inteligente sabe que lo es, el malvado es consciente de su maldad, el incauto tiene el sentido de su candidez, pero el estúpido no sabe que es estúpido, y eso da más fuerza a su acción devastadora”.
Las actividades de quien ya no está, han sido registradas por muchos analistas, escritores e investigadores: Roger Bartra, Hernán Gómez Barrera, Anabel Hernández, Elena Chávez, Pablo Hiriart, David Bak, Joel Ortega, Macario Schettino, Rafael García Balcázar, Nayeli Roldán y otros más, y después de las investigaciones la pregunta sigue, ¿cómo la estupidez y la corrupción pudieron amalgamarse para hacer la destrucción al país?
Otros autores analizan los resultados de los proyectos presidenciales: fracaso al cancelar el proyecto aeronáutico más grande de la historia, fracaso al ignorar las observaciones de Carlos Urzúa, fracaso al crear un aeropuertito que aún no es rentable, fracaso al crear una refinería que no ha producido ni un barril, estupidez y fracaso al destruir la selva de Yucatán, su flora y su fauna, talar millones de árboles para construir un trenecito que nunca funcionará, fracaso en Gas Bienestar, fracaso en el Insabi, fracaso en la Megafarmacia, en el Tren Transístmico, en IMSS Bienestar, fracaso en el problema de los 43, y en Guerrero después de la tromba.
Estupidez es que el país tenga una deuda en 17 billones de pesos, sobrecostos de obras de 485 mil millones de pesos, 56 millones de ciudadanos en pobreza, inflación de 30%, PIB de sólo 0.8%, el más bajo en la historia.
Estupidez fue seguir protegiendo –como desde siempre– a los delincuentes que han contribuido a sus campañas, estupidez militarizar el país sin tener una idea de lo que se puede lograr, estupidez negar que aquí se produce fentanilo, estupidez en consolidar un narcoestado, e ignorar el gravísimo problema de los migrantes.
Estupidez es despreciar las relaciones internacionales, atacar a España, humillarse ante Trump, ignorar a Biden hasta semanas después de su elección, estupidez fue dar la Orden del Águila Azteca a Miguel Díaz Canel. Óscar Wilde decía: “No hay pecado, excepto la estupidez”; a su vez, Patrick Rothfuss señaló: “El poder y la estupidez juntos son peligrosos”.
Por eso podemos calificar como estupidez el resultado del sexenio pasado, y no quiero calificar lo que ha ocurrido en sólo dos meses de la nueva administración, pero tal parece que va en la misma dirección: mezcla de estupidez, miseria moral y corrupción.
Mucho tenemos que hacer quienes amamos a México para superar esta situación, porque, como dijo Blaise Pascal: “Preferiría un infierno inteligente a un paraíso estúpido”. La educación implica centralmente enseñar a pensar y a tomar buenas decisiones humanas, lo que logrará la regeneración de la cultura ciudadana y el combate a la estupidez. Una y otra vez, alzaremos la voz y nos uniremos, a pesar de la estupidez reinante y los ataques en contra de nuestra libertad, los mexicanos saldremos adelante.
Tomado de: Excélsior