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2024 Dic 13 La Responsable... Juan Enríquez Cabot.

Cuando uno no sabe a quién dirigirse no queda más que mandar desesperada carta "A Quien Corresponda". Esta aparenta ser la situación actual en México, dado que La Presidenta aún no controla ni la Cámara, ni el Senado, ni la Judicatura, ni Morena, ni la relación con EU, ni los narcos, ni Sinaloa, mucho menos a su antecesor. Por el momento no queda claro a quién rezarle o rogarle. Pero, aunque falte control, a fin de cuentas, La Presidenta es La Responsable. Y ahí el lío. Ahí el dilema.

Las viejas iniciativas y odios, como el desaparecer la institución judicial y los organismos descentralizados, marchan, quiera o no La Solitaria de Palacio. La inercia es casi imparable. Cada intento de tomar control, cada mañana, topa con pared. Hay muchas razones por las cuales el poder de La Actual está acotado. Primus ínter pares, la AMLO popularidad y el espectro de la revocación de mandato. Y también la herencia de las AMLO deudas y los oscuros abrazos, más los familiares, amigos y conexos.

Cada vez que debilita o desaparece una institución, La Presidenta se debilita y se desarma aún más su gobierno. Queda vulnerable al poder individual y carismático; este es un campo donde le cuesta competir. Su poder depende de proveer seguridad física y legal. Y de lograr crecimiento económico. Si no quedan instituciones civiles que saben cómo operar cortes, policías, construcción, elecciones, datos e información clave, ¿con qué instrumentos gobierna? Si no tiene instituciones que saben regular energía, comunicaciones, competencia económica, ¿quién se queda a cargo en monumental vacío? Si no garantiza, con respetadas instituciones, la inversión privada nacional y extranjera, no habrá cómo reducir déficit y deuda. Si no viaja al exterior, queda sin aliados frente a Trump y peleada hasta con Canadá, España y la Unión Europea. Si corta presupuestos de promoción turística y cultural, debilita el poder y la buena voluntad hacia México. Y, lo más importante, si su Ejército se distrae con negocios y construcción, La Presidenta gobernará cada vez menos territorio.

Hoy vemos muchos países acabar en hecatombe por errores de cálculo y sueños de grandeza de Tlatoanis que deshicieron sus instituciones. Siria y Rusia son ejemplo de las consecuencias de personalizar todo gobierno en manos de un iluminado que acaba dependiendo de un Ejército ineficaz, corrupto y violento. Lo mismo Cuba y Venezuela y Norcorea.

No creo que la ambición de La Presidenta sea convertirse en una Dictadora. Pero si no fortalece las instituciones del Estado mexicano, a la hora de querer implementar, va a tener que meterse cada vez más en todo asunto, usar su poder personal y ordenar cada vez más represión. Si las cortes quedan en manos de ignorantes ilegítimos y de quien paga más, no va a poder enfrentar ni a billonarios ni a narcos sin macanazos. Si no se tiene información veraz, estadísticas reales y una prensa libre, La Presidenta no va a saber qué se está pudriendo, qué hay que corregir, hasta que sea muy tarde. A cambio de no oír molestas críticas, no va a darse cuenta de que está haciendo agua su Ypiranga.

Sin Comisión de Derechos Humanos legítima e independiente, ¿cómo va a poder investigar y detener los abusos de quienes portan armas en su nombre? Cuando haya un 68, un Halconazo, un Ayotzinapa, ¿quién va a decir, creíblemente, ¡ella no lo ordenó!? Cuando incompetente juez libere a un macronarco, asesino o violador, la responsabilidad directa, intransferible, va a ser de su gobierno. No de otro poder independiente. Cuando haya macromanifestaciones por una elección en disputa, ¿quién, creíblemente, va a decir revisamos todo y la "verdad histórica" es que, aunque sea por poquito, ganó esta persona?

La Responsable, cada mañana, de lo bueno, de lo malo, ahora ya casi sin intermediarios, es La Presidenta. Ahora su único instrumento para mantener su legitimidad, ante un desastre, es echarle la culpa a un subordinado y descuartizarlo públicamente. Concentra todo el poder y responsabilidad en un partido, y toda función de gobierno, en un poder federal que ella aún no controla. Es La Responsable pero aún no está a cargo. Si no corrige será lo opuesto de Teddy Roosevelt, quien podía hablar poco y bajito porque cargaba tremendo bastón de mando (por si se ofrecía en menos del 1% de los casos).

 

 

Tomado de: Reforma