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2025 Abr 25 Desentono. Manuel J. Jauregui.

Quien nos representará en los funerales del Papa Francisco desentona. ¿Por qué no puede nuestra Presidenta ofrecer sus respetos al Santo Padre?
Han confirmado su asistencia al funeral del Papa Francisco, entre otros, el Presidente Trump y su esposa Melania; el Presidente de Argentina, Javier Milei; el Rey de España, Felipe VI, y la Reina Letizia; el Príncipe Guillermo de Inglaterra y su Primer Ministro, Keir Starmer; el Mandatario de Brasil, Lula da Silva; así como los Presidentes o Primeros Ministros de otros DIEZ Países. ¿Y México, País predominantemente católico, a quién manda? A la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez.

No ninguneamos la posición de Doña Rosa Icela, pero dada la investidura de los asistentes, definitivamente desentona Que nos disculpe, no pretendemos ofenderla, pero no hay equivalencia alguna El tema, finalmente, no es respecto a la figura de la Secretaria de Gobernación, sino de QUIÉN REPRESENTA AL MÉXICO CATÓLICO ante la ALTA jerarquía de la Iglesia Católica en Roma La asimetría planteada por la inexplicable decisión de la Presidenta de que ostente nuestra representación un -en términos relativos- bajo perfil nos deja mal parados como Nación católica Constituye un “fauxpas” diplomático de lo más insensible imaginable.

No faltará quien diga que como nuestra Presidenta profesa otra religión (aparte del amlismo), ésta la Judía, que por lo mismo le reportan en lo personal escasa importancia las pompas fúnebres del líder de la Iglesia Católica mundial. En lo personal, no creemos que sea una cuestión religiosa, porque hasta donde se sabe, aunque la Señora proviene de familias Judías, no se le achaca el ser ferviente practicante, lo cual finalmente es muy su asunto personal. Lo que SI es asunto de importancia pública es en quién recae la representación de México ante un suceso histórico que reunirá a Jefes de Estado de todo el mundo.

Estamos convencidos de que ELLA, la Presidenta, es la única persona quien puede y debe representamos. Si su agenda está muy apretada, debe hacer un espacio para asistir -personalmente- a la ceremonia de despedida de un LÍDER global muy querido. Uno al que el mismísimo Macuspano, héroe de los cuatroteístas, le rindió pleitesía. El no asistir coloca a nuestra Presidenta al nivel de un Vlad Putin, al mismo tiempo dando a entender que le es de poca importancia el suceso y que para ella, sin tener razón de salud válida (como el Rey Carlos de Inglaterra) son poca cosa los asuntos de mayor trascendencia de la Iglesia Católica. Algo que va totalmente contrario al sentimiento de la mayoría de los mexicanos, a quienes les duele -y mucho- el fallecimiento del Santo Padre y consideran UN DEBER el personalmente rendirle TRIBUTO y sumarse personalmente a las condolencias que le ofrecen las naciones más importantes de la tierra al fallecido líder del catolicismo y a su grey.

Opinamos, estimados lectores, plenamente conscientes de que la Señora ya tomó su decisión. De manera que nuestra única intención es dejar constancia de lo que a nuestro juicio -y de muchos otros- constituye un error de diplomacia que deja huella de una insensibilidad incomprensible. Afirman, estos personajes ligados a la 4T, que para ellos “primero los pobres”, esto a la hora de que les conviene usar sus votos, pero estos mismos pobres son los más GUA- DALUPANOS y los más católicos de todos los mexicanos. Entonces, si deveras los tuvieran en tan alta estima, no se atreverían a ningunear sus creencias menospreciando al Papa Francisco, a su vez, campeón de los pobres.

Seguramente esgrimirán todo tipo de excusas, agendas de trabajo, problemas muy complejos, reuniones y la necesidad de estar pendientes del teléfono rojo por si acaso Trump llama. ¿Pero qué acaso los líderes del resto del mundo no acusan tener agendas igualmente ocupadas con temas de gran trascendencia? ¿Y si ellos pueden, por qué no puede nuestra Presidenta ofrecer sus humildes respetos ante el Santo Padre?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tomado de: Reforma