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2025 Jun 3 'Éxito'. Manuel J. Jáuregui.

La farsa electoral del domingo fue un "éxito" sólo para los partidarios de la autocracia, la dictadura y la concentración de poder en el Ejecutivo.
El oficialismo calificó de ÉXITO la ELECCIÓN JUDICIAL del domingo. Si a esto califican como “éxito”, no quisiéramos conocer lo que llaman FRACASO. A nivel nacional, contados los acarreados, votó alrededor del 12 por ciento del padrón, y en algunas entidades (distritos) no alcanzó ni dos dígitos. Estados como Nuevo León -pese a un fuerte operativo del Gobernador Samuel García (aliado de Morena) para obligar a su burocracia a votar su acordeón, y cada uno de ellos a llevar 10 personas-, la votación fue de apenas un poco arriba del 10 por ciento del padrón.

Desde cualquier punto que se le quiera mirar -afluencia, transparencia, integridad, intervención de las autoridades-, la citada elección del Poder Judicial ha resultado un rotundo FRACASO. Esto, tal como se había previsto: ya podrán los oficialistas echar todas las campanas al vuelo y jugar con estadísticas, lo cierto es que “el pueblo” no votó, votaron los comelonches, los partidarios y amanuenses. Una parte significativa de los ciudadanos que votaron lo hizo en el sentido de ANULAR el voto, no para elegir a un particular candidato.

Si acaso hay éxito, éste es para la dictadura bajo la cual vivimos ya, planeada por el inquilino de “La Chingada”, pero que la historia juzgará que fue implementada por la Presidenta Claudia Sheinbaum. ¡Qué ejemplo para las mujeres mexicanas! Sin ideas y planes propios, limitándose a ejecutar las órdenes tiránicas de un ex Presidente machín, antifeminista y con ínfulas de dictador.

Esta partida la ganaron -si acaso tan atropellado e infame proceso puede tener un ganador- los partidarios de la autocracia, de la dictadura, de la concentración de poder sin límites en manos del Ejecutivo. También los resentidos miembros de Morena que buscan someter y atropellar todo lo que son prácticas y procesos democráticos. No se percatan, o si lo hacen no les importa, que ganando ellos PIERDE MÉXICO. Volver a la dictadura monopartidista es lo peor que le puede pasar a México: ¿quién va a querer invertir en un país en el que cualquier emprendimiento queda sujeto a la caprichosa voluntad de una burocracia desbocada, respaldada y protegida por un poder omnímodo, que se ejerce sin recato alguno ante la ausencia de los “frenos y equilibrios” que deben prevalecer, según los lineamientos democráticos más básicos?

Si este Gobierno genera DESCONFIANZA, México se convertirá en el apestado del concierto de naciones primermundistas. Como “amigos” sólo contaremos con los Díaz-Canel, los Ortegas, los Maduros y cuanto dictadorzuelo salga por ahí; no tendremos credibilidad, ni crecimiento económico: la 4T será una fábrica de pobres, una generadora de miseria, de carencias y mediocridad.

Tomemos en cuenta que la fortaleza y éxito de cualquier país dependen en gran medida de la solidez de sus instituciones, de su confiabilidad, seriedad, efectividad e independencia. Todas -o casi todas- las medidas emprendidas por la 4T están diseñadas precisamente para debilitar nuestras instituciones y quitarles su independencia y, en consecuencia, su confiabilidad y solidez.

Da vergüenza ver a la presidenta del INE, afín a la 4T, defender un proceso que ella sabe que estuvo VICIADO de cabo a rabo. Lo mismo se puede decir de la entusiasta defensa de un proceso ridículo, con ESCASÍSIMA participación ciudadana y abundancia de interferencia oficial proveniente de la “MÁXIMA” autoridad, la Presidenta, quien si acaso pasará a la historia no será en términos elogiosos, sino como cómplice de un malévolo demagogo que rige su actuación como Mandataria. Someter la independencia del ejercicio del poder de la Presidencia a un sujeto malvado que tras bambalinas jala sus hilos y le prepara a México un futuro azaroso escasamente configura una fórmula exitosa como para pasar a la historia como una gran o ejemplar Presidenta. No en los términos de una Ángela Merkel o una Margaret Thatcher, protagonistas -ellas sí- de sustanciales cambios con base en su capacidad, su visión estadista y recia personalidad. Nadie que haya sido títere de alguien más pasa a la historia para destacar, para ir a la vanguardia en la lucha de la democracia y el feminismo.

Sin exagerar, estamos ante una tragedia que nos saldrá muy cara.

¿A dónde va un país, en donde la autoridad judicial no controla lo abusos del poder, como antes acontecía con el derecho de amparo?

 

 

 

 

 

Tomado de: Reforma