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2025 Jun 9 La orden. Manuel J. Jáuregui.

Las piezas del engranaje están en posición para hacer del Poder Ejecutivo un poder totalitario, sin límites, a ejercerse con pleno capricho, dueño total de vidas y haciendas.

Vino directo la orden para la Organización de Estados Americanos (OEA): “¡Observen, pero NO OPINEN!”. Este mandato provino de nuestra Presidenta, quien consideró que los observadores de la OEA incurrieron en “injerencismo” al opinar que la elección judicial del 1 de junio estuvo viciada, y que no debería ser imitada en ningún otro país de Latinoamérica. Incluso nuestra SRE mandó una nota diplomática de protesta por externar los observadores su opinión negativa, misma que han expresado todos los seres pensantes en las Américas.

“No hay garantías de que quienes resulten electos tengan la solvencia técnica, la idoneidad, y las capacidades técnicas específicas que los cargos que asumirán requieren”, afirman los observadores electorales de la OEA. “Ello resulta preocupante a la luz de los estándares internacionales y las buenas prácticas democráticas”, agregaron los observadores. Señalaron también que el uso de “acordeones institucionales” puede ser interpretado como una coacción al voto, destacando la correlación exacta entre el contenido de los acordeones con los resultados obtenidos, e indicando que seis de los nuevos miembros de la Suprema Corte fueron propuestos por el Poder Ejecutivo y los tres restantes fueron nombrados por el ex Presidente, antecesor de la actual Presidenta y su mentor y padrino político. Toda nuestra Suprema Corte, pues, está compuesta por afines al Poder Ejecutivo, dando fin de esta manera a la independencia de Poderes.

Ahora bien, nos parece una postura convenenciera decir a los observadores: pueden observar todo lo que quieran, pero no pueden externar ninguna opinión respecto a lo que observaron. ¿Qué caso tiene entonces que vengan los observadores, que atestigüen la mentira de que “el pueblo eligió”, de paso dando cuenta de que sólo el 13 por ciento del padrón participó? Las MAYORÍAS hablaron fuerte ese día, diciendo: yo no formaré parte de este fraude/simulación. De hecho, el 87 por ciento de los ciudadanos le dieron la espalda a la elección.

Por esto mismo es que los observadores de la OEA ALERTAN que la aberración instrumentada por la 4T no debe replicarse en otros países. Por más vueltas que los cuatroteros le den al asunto no hay forma de evadir la realidad; la del domingo 1 de junio resultó una elección dictada, controlada, organizada y calificada por el oficialismo. Y que ese proceso viciado, ENGAÑOSO y falso fue instrumentado y concretado por el Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, quien no por mucho protestar alcanza a lavarse las manos -a la Poncio Pilato- de la AUTORÍA material del asesinato de la independencia del Poder Judicial en México.

Lo dice la OEA y lo dirá la historia: no hay forma de escapar de su juicio sumario ni de evadir la responsabilidad/culpa de tan grande agravio a la joven democracia mexicana.

Ha recomendado la Presidenta a quienes externan críticas al proceso y su nefasto resultado que “hagan yoga”, insinuando que requieren “relajarse”. Tristemente, ninguna cantidad de yoga le podrá quitar a ella de encima la pesada carga de pasar a la historia cómo llegó a ser Presidenta -como mujer-, pero no para servir de ejemplo a las mujeres mexicanas, sino para hacerle los encargos a su MENTOR y convertirse en villana. Deben gravitar sobre su alma la cantidad de embustes y pretextos que debe repetir, darle la cara al pueblo -y al mundo- sabiendo que ha cometido una grave ofensa contra el pueblo mexicano, que no tendrá ya la mínima oportunidad de conocer la justicia imparcial, apoyada sólo en la ley.

No afirmamos que lo de antes era perfecto, pero sí que a partir de ahora será una justicia POLITIZADA y parcial, y que la prioridad de sus administradores será darle siempre la razón al Gobierno en todo. No habrá ahora en este Gobierno -ni en el futuro- CONTRAPESOS contra los abusos de poder, sobre todo del Ejecutivo, no habrá rendición de cuentas ni transparencia o respeto a las GARANTÍAS INDIVIDUALES que la Constitución nos otorga a los ciudadanos.

Las piezas del engranaje están ya en posición para hacer del Poder Ejecutivo un poder totalitario, sin límites, sin equilibrios de ningún tipo, a ejercerse con pleno capricho, dueño total -bajo este nuevo virreinato- de VIDAS Y HACIENDAS.

 

 

 

 

 

 

 

Tomado de: Reforma