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2022 Oct OXFAM Índice de compromiso con la reducción de la desigualdad (Índice CRI) 2022

LA MAYORÍA DE LOS GOBIERNOS APENAS TOMA MEDIDAS PARA AFRONTAR LAS DESIGUALDADES MÁS EXTREMAS TRAS LA COVID-19.

El Índice de compromiso con la reducción de la desigualdad (Índice CRI) consiste en una clasificación de 161 Gobiernos de todo el mundo sobre en qué grado están tomando medidas para reducir las desigualdades. El índice clasifica los esfuerzos de los Gobiernos en función de las medidas que han tomado en torno a tres ámbitos o pilares que son fundamentales para reducir los niveles de desigualdad: gasto social, fiscalidad y empleo.

El Índice de compromiso con la reducción de la desigualdad (Índice CRI) 2022 constituye el primer análisis detallado que se haya publicado sobre las políticas y las medidas adoptadas por los Gobiernos para abordar la desigualdad durante los dos primeros años de la pandemia. Analiza las políticas y las medidas de gasto, fiscalidad y empleo de 161 Gobiernos entre 2020 y 2022. Los resultados son escandalosos.

La pandemia de COVID-19 ha exacerbado las desigualdades en todo el mundo, ya que las personas en mayor situación de pobreza han sido las más afectadas por la enfermedad y sus profundas repercusiones económicas. [1] Aun así, el Índice CRI de 2022 muestra claramente que la mayoría de los Gobiernos del mundo no ha tomado medidas lo suficientemente ambiciosas y concretas para mitigar este peligroso aumento de las desigualdades.

• A pesar de que se haya producido la mayor emergencia de salud pública mundial en un siglo, la mitad de los países de renta baja y media-baja redujo su gasto en salud durante la pandemia.

• A pesar de la pobreza extrema que la pandemia ha provocado de manera generalizada, la mitad de los países analizados en el Índice CRI ha recortado su gasto en protección social, y el 70 % ha reducido su gasto en educación.

• A pesar del desplome en la recaudación fiscal, y del enorme aumento de la riqueza de las personas y empresas más ricas durante la pandemia, 143 países de los 161 analizados no han aumentado la imposición fiscal a las personas más ricas, y 11 países les han aplicado inexcusablemente rebajas fiscales.

• Dos tercios de los países no han vinculado la subida del salario mínimo al producto interior bruto (PIB).

El Índice CRI también pone de manifiesto que determinados Gobiernos de países de todos los niveles de renta han optado por utilizar las políticas para tomar medidas robustas en contra de las desigualdades. Estas medidas son un claro ejemplo para el resto del mundo, demostrando que la desigualdad es una elección política y poniendo en evidencia a la mayoría de los países, que no están actuando. Algunos ejemplos incluyen:

• El Territorio Palestino Ocupado ha aumentado su gasto social dirigido a abordar la desigualdad, pasando del 37 % al 47 % de su presupuesto; mientras, Nepal ha incrementado su gasto en salud en más del 50 % entre 2019 y 2021.

• Costa Rica ha aumentado el tipo superior del impuesto sobre la renta en 10 puntos porcentuales, mientras que Argentina y Bolivia han introducido un impuesto sobre la riqueza y un impuesto solidario aplicable a las personas más ricas de su población.

• Barbados ha adoptado una serie de leyes para mejorar los derechos laborales de las mujeres, y Maldivas ha comenzado a aplicar por primera vez un salario mínimo en todo el país.

• A los efectos de la pandemia se suma ahora la crisis del coste de la vida, que se ha ensañado con personas de todo el planeta, sumiendo a millones en el hambre y diezmando las finanzas de Gobiernos de todo el mundo. El aumento de los tipos de interés y un dólar fortalecido están exacerbando la ya de por sí profunda crisis de la deuda. En 2021, los países de renta baja y media-baja destinaron el 27,5 % de sus presupuestos al servicio de la deuda, lo que constituye el doble de su gasto en educación, cuatro veces su gasto en salud y cerca de 12 veces su gasto en protección social. Cada aumento del 1 % en los tipos de interés puede suponer 35 000 millones de dólares adicionales en pagos de intereses que los países de renta baja y media tienen que desembolsar a acreedores millonarios.

El mundo ya era profundamente desigual antes de la pandemia. Ahora lo es aún más. A menos que los Gobiernos y la comunidad internacional tomen medidas urgentes, el profundo aumento de las desigualdades y la pobreza que ha causado la pandemia de COVID-19 no tardará en volverse crónico, provocando que los Gobiernos pierdan una década tratando de luchar contra ello.

A medida que nos enfrentamos a esta nueva crisis, que ya está causando un enorme sufrimiento en todo el mundo, los Gobiernos y las instituciones internacionales deben aprender de los fallos cometidos durante la pandemia de COVID-19, claramente documentados en el Índice CRI de 2022. Deben actuar de inmediato para proteger y reforzar el gasto social, en vez de recortarlo. Deben proteger los derechos de las y los trabajadores y garantizar unos salarios dignos. Y, ante todo, deben aumentar de manera considerable la imposición sobre las empresas y personas más ricas. Solo de esta manera podrán comenzar a frenar y revertir la explosión de desigualdad.

Nada de esto es inevitable. La desigualdad es una elección política. Incluso en el contexto actual marcado por múltiples crisis, algunos Gobiernos están demostrando que es posible hacer las cosas de otra manera. Que, para lograr una mayor igualdad, existe un camino práctico y alternativo que todos los países pueden tomar. Nunca antes había sido tan urgente hacerlo.

 

EL ÍNDICE CRI DE 2022: METODOLOGÍA Y RESULTADOS

Esta cuarta edición del Índice CRI clasifica a 161 Gobiernos en función de su compromiso para reducir la desigualdad. [2] Mide sus políticas y medidas en tres ámbitos que han demostrado tener un gran impacto en la reducción de la desigualdad [3]:

1) servicios públicos (salud, educación y protección social);

2) políticas fiscales, y

3) derechos laborales.

Al igual que en 2020, cada pilar presenta tres indicadores clave, que miden:

1) los compromisos en materia de políticas;

2) la cobertura o aplicación de dichos compromisos, y

3) su impacto en la desigualdad. No se ha introducido ningún cambio en la metodología aplicada en el índice de 2022 respecto al de 2020, por lo que este informe se centra en los cambios en la clasificación y en las políticas de los países entre ambas ediciones, comparando en gran medida las políticas previas y posteriores a la pandemia de COVID-19. [4]

 

 

 

NOTAS:

1 E. Berkhout, et al. (Enero de 2021). El virus de la desigualdad. Cómo recomponer un mundo devastado por el coronavirus a través de una economía equitativa, justa y sostenible. Oxfam. https://www.oxfam.org/es/informes/el-virus-de-la-desigualdad

2 Se ha añadido Irán, Kiribati, Tonga y Tuvalu a la lista de países cubiertos en el análisis respecto a la edición de 2020. Las clasificaciones completas a nivel global y regional están recogidas en el anexo, y están disponibles en mayor detalle en www.inequalityindex.org.

3 Para consultar un debate exhaustivo sobre los datos que indican que las medidas en estos tres ámbitos tienen un gran impacto contra la desigualdad, véase el informe del Índice de compromiso con la reducción de la desigualdad de 2018. https://www.oxfam.org/es/informes/indice-de-compromiso- con-la-reduccion-de-la-desigualdad-cri-2018

4 Véase la nota metodológica para más información sobre la metodología empleada.

 

 

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