De la Memoria... Juan Francisco Azcárate y Ledesma*
En febrero de 1822, Iturbide le encomendó hablar con Joel R. Poinsett, agente norteamericano posteriormente primer embajador en México de ese país, quien le planteó la sustitución de los límites fronterizos entre ambas naciones para incluir Texas, Nuevo México y Alta California, así como partes de los de Coahuila, Nuevo León, Sonora y Baja California, como futuros territorios estadounidenses.
"Pude percibir –escribió Azcárate- que sus objetos eran cinco:
1º Apoderarse de todas las tierras feracísimas y ricas de minerales que he referido.
2º Tener puertos y ríos en una y otra mar para hacer exclusivamente el comercio interior de las provincias mediterráneas de nuestro territorio por el río Grande del Norte cuya navegación facilitaríase con botes de vapor.
3º Hacerse exclusivamente del comercio de la peletería de castor, oso, raón, marta, cíbolos, grasas y otros renglones con que comercian los comanches de las 3 familias y otras naciones bárbaras.
4º Apropiarse exclusivamente la pesquería de la perla que se hace en las costas interiores y exteriores de ambas Californias, la de la nutria, la del ballenato, la de la cachalasa, la de la sardina y la de la concha; artículos todos preciosísimos de que no hicieron caso los españoles [¿y que a?] nosotros no nos han merecido hasta ahora la mas mínima consideración.
5ª Apropiarse también el comercio de cabotaje, lo que pueden hacer fácilmente estableciendo un pequeño astillero en la embocadura del río Colombia o en el puerto de la Natividad; y cuando nosotros nos dediquemos a ello, construyendo barcos en la embocadura del río Yaqui, Monterrey, Acapulco, será después de que ellos hayan sacado utilidades inmensas y tardaremos muchos años en poderles igualar en conocimientos, precios y crédito".
[...] En el fondo, su plan refleja el interés constante de los gobiernos de su época por detener la creciente influencia norteamericana que amenazaba las extensas riquezas naturales mexicanas. La búsqueda de una alianza con otros países latinoamericanos para independizar a Cuba y Puerto Rico, tenía como fin no sólo terminar la dominación española sino neutralizar la influencia estadounidense en el Caribe. Su propuesta de tratar de incorporar a Filipinas al Imperio Mexicano era para cerrar el paso en el Pacífico a los norteamericanos. El propósito de que se firmara un pacto con Estados Unidos para que el Imperio mexicano conservara los territorios de Texas, Nuevo México y las Californias, trataba de contener el expansionismo estadounidense hacia el sur, lo cual fracasó cuando el gobierno mexicano permitió el ingreso a Texas de norteamericanos protestantes y esclavistas, lo que en menos de tres lustros, provocó la independencia de esa provincia y su posterior incorporación a la Unión Americana.