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ACTIVISMO

Se denomina activistas a los grupos armados que sustituyen las formas tradicionales de la vida política por la acción violenta.

Procediendo por sorpresa, con el fin de impresionar a la opinión con golpes de efecto, los activistas, tradicionalmente de extrema derecha, tratan de beneficiarse de una relativa impunidad, gracias a una tácita confabulación con las fuerzas del orden (ejército, policía y servicio secreto).

En la Italia de 1919, la ocupación de Fiume por los voluntarios de D’Annunzio constituyó un gran éxito “activista”; consideraban que el gobierno Orlando había traicionado los intereses del país al abandonar esta ciudad a Yugoslavia cuando las negociaciones de Versalles. Esta victoria aseguró a los “fasci” una popularidad que iban a utilizar muy pronto y que contribuyó a la conquista del poder.

Poco tiempo después, en Italia y en Alemania se organizaron los activistas en bandas armadas que adoptaron el carácter de milicias antiobreras. Su táctica fue idéntica, militar y ofensiva: se trataba de oponer minorías audaces al poder de las masas obreras, amorfas y generalmente sin armas. Las SA (secciones de asalto) estaban compuestas por activistas del Partido Nacional Socialista: en 1930, su jefe Roehm, mantuvo una entrevista amistosa con Von Schleicher, uno de los responsables de la Reichswehr. Al poco tiempo se les permitió entrenarse en los campos del ejército.

El activismo, tradicionalmente de derecha o de extrema derecha, ha conseguido adeptos en la extrema izquierda. Asi los maoístas espontaneístas practican una forma renovada de activismo, que pretende ser socialmente ejemplar: destrucción de las oficinas de los patronos hasta tanto que los trabajadores no dispongan de condiciones de higiene elemental en los talleres, distribución a los pobres, de alimentos robados en los establecimientos de lujo, etc. JG