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2021 Ago Introducción al estudio de la política exterior de México (1821-2021). Rafael Velázquez Flores, Jorge A. Schiavon.

Prólogo
RAFAEL VELÁZQUEZ y JORGE A. SCHIAVON SON DOS DESTACADOS internacionalistas mexicanos que han hecho una aportación significativa al estudio de esta disciplina. Desde hace varios años, ambos han coordinado una serie de publicaciones que buscan facilitar el aprendizaje de los temas vinculados a la teoría de las Relaciones Internacionales y a la política exterior de México. Sus obras se han convertido en una referencia obligada para los interesados en esas áreas del conocimiento. Desde la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI), ambos académicos se preocuparon por profesionalizar la disciplina en el país y crearon un consorcio de varias instituciones académicas para la generación de obras didácticas dirigidas a los estudiantes de Relaciones Internacionales y ciencias afines. El esquema fue invitar a académicos jóvenes, pero también consolidados, de diversas universidades públicas y privadas del país para participar en esos textos. Es notable el liderazgo ejercido por los profesores Velázquez y Schiavon en la academia mexicana de las Relaciones Internacionales.

En esta ocasión, los profesores Velázquez y Schiavon nos entregan una obra dedicada a la enseñanza de la política exterior de México. El objetivo principal es facilitar el aprendizaje de los temas vinculados a esta subdisciplina de las Relaciones Internacionales. En primer lugar, los autores nos ofrecen un análisis amplio y detallado sobre el concepto de política exterior y sus principales componentes. El libro también contiene los principales modelos y enfoques teóricos que se han utilizado para explicar el tema. La ventaja es que hay varios ejemplos a lo largo del texto para que el estudiante pueda aplicar esas herramientas metodológicas al análisis de casos específicos de las relaciones exteriores de México. Además, ambos autores nos ofrecen un marco jurídico de la política exterior del país y nos presentan un análisis de los actores que están involucrados en el proceso de toma de decisiones.

Después de esta base teórica y conceptual, los destacados académicos hacen un profundo análisis de la política exterior de México desde 1821 hasta 2021, es decir, 200 años de historia. Inician con los primeros pasos del Estado independiente y pasan por los primeros conflictos internacionales que México enfrentó. Más adelante continúan con el análisis de las interacciones de México durante la Reforma y el Segundo Imperio. Le dedican un espacio importante para evaluar la política exterior durante el Porfiriato a finales del siglo

  1. De la misma forma hacen un puntual examen de los nexos internacionales del país durante el periodo convulso de la Revolución a principios del siglo XX. El libro, asimismo, dedica una parte importante para estudiar los vínculos de México con el exterior después de la Constitución de 1917. Hace un detallado análisis al periodo de Lázaro Cárdenas y a la etapa de la Segunda Guerra Mundial.

En el marco de la Guerra Fría, el libro analiza los lazos internacionales que México estableció de 1946 a 1970. […]

La segunda parte está dedicada al análisis de la política exterior de México durante el siglo XIX. El capítulo cuatro analiza los primeros pasos de México en el escenario internacional entre 1821 y 1836. En sus inicios, la política exterior se abocó a conseguir el reconocimiento de la comunidad internacional como Estado soberano, especialmente por parte de España, la antigua metrópoli. Más adelante, el propósito sería que la política exterior se convirtiera en un instrumento para garantizar la seguridad nacional e impulsar el desarrollo económico y social del país. Sin embargo, la nación enfrentó dos graves problemas que afectaron su capacidad para actuar en el plano global. El primero fue la lucha entre las élites nacionales, divididas entre los conservadores y liberales, quienes se disputaban el poder mediante el uso de la fuerza. Esta situación generó una grave inestabilidad política, loque sumió al país en una severa crisis económica. La suma de las crisis política y económica dificultó la proyección de una política exterior efectiva. El segundo problema fue que México sufrió varias intervenciones e invasiones externas. En 1836 se independizó Texas y en 1848 perdió prácticamente la mitad de su territorio como resultado de la guerra con Estados Unidos. El capítulo cinco analiza estos primeros conflictos internacionales de México y sus consecuencias para la construcción del Estado nacional soberano.

A partir de la década de 1850, vino un período de reformas importantes, particularmente la separación de la iglesia y el Estado. Sin embargo, la guerra civil entre los liberales y conservadores continuó indefinidamente. Incluso, hubo al mismo tiempo dos gobiernos: uno encabezado por Benito Juárez y el otro por Félix María Zuloaga. A partir de 1864, con el apoyo de las tropas francesas de Napoleón III, los conservadores lograron instalar a un monarca europeo como emperador de México, Maximiliano de Habsburgo. Sin embargo, con el retiro del ejército francés ante la inminente guerra Franco-Prusiana y el apoyo estadounidense, Juárez y los liberales vencieron al gobierno imperial e inauguraron la República Restaurada, eliminando a los conservadores del mapa político y estableciendo un proyecto de nación liberal para gobernar el país. El sexto capítulo explica estos eventos durante el periodo de la Reforma, el Segundo Imperio y la República Restaurada.

A partir de la llegada de Porfirio Díaz al poder en 1876, México empezó a gozar de estabilidad política. Esto llevó al país a experimentar, por primera vez, un crecimiento económico sostenido. Además, el ambiente internacional fue propicio para la política exterior de México porque las principales potencias ya no buscaron intervenir militarmente en el país. Ahora, lo que les interesaba era invertir en la nación que estaba en pleno crecimiento. Estos tres elementos (estabilidad política, crecimiento económico y ambiente internacional favorable) permitieron que, por primera vez, la política exterior tuviera un mayor alcance e impacto internacional. Así, la administración de Porfirio Díaz logró desarrollar una política exterior activa y relativamente exitosa. El séptimo y último capítulo de esta segunda sección detalla el fortalecimiento del Estado nacional soberano durante estas décadas.

Sin embargo, los tiempos de estabilidad política y crecimiento económico a nivel nacional e internacional duraron poco tiempo. Dada la enorme concentración del poder en una pequeña élite política y a la enorme desigualdad y pobreza de la población en general, en 1910 el país experimentó un proceso revolucionario. Los principales objetivos del movimiento eran tres: garantizar un sistema político democrático después de varias reelecciones de Díaz; reducir la influencia de los intereses extranjeros en la economía nacional puesto que el gobierno había abierto el país al capital externo y los extranjeros dominaban los destinos de la nación; y atenuar las grandes diferencias sociales. Con el triunfo de la Revolución, un nuevo proyecto de nación entró en acción: liberal, pero con alto contenido social. Con ello, la política exterior cambió en esencia. El país adoptó una posición más nacionalista y buscó evitar la intromisión de las potencias extranjeras en los asuntos internos del Estado. El tercer apartado del libro está consagrado al análisis de la política exterior del México posrevolucionario.

El capítulo ocho analiza la política externa de los primeros años del nacionalismo revolucionario y estudia los vínculos externos del país durante los gobiernos de Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Canes y el Maximato. En estos años, el país buscó recuperar el reconocimiento internacional perdido durante la Revolución e insertar a México como Estado nacional pleno y consolidado en el concierto de naciones, para promover la seguridad y desarrollo nacionales, pero también para garantizar la plena aplicación en el territorio nacional de la Constitución de 1917, así como para presentar una visión propia sobre cómo deberían conducirse las relaciones internacionales bajo las doctrinas Carranza y Estrada.

En seguida, el capítulo noveno analiza un momento muy significativo de la política exterior de México: la presidencia de Lázaro Cárdenas y las relaciones internacionales durante la Segunda Guerra Mundial. En esos momentos, México gozó de una mayor capacidad de negociación internacional debido a la conjugación de diversos factores internos y externos. Por un lado, la administración cardenista logró estabilidad política luego de varios años de lucha revolucionaria, lo cual condujo a un nuevo crecimiento económico. Además, las políticas sociales de Cárdenas lograron una alta cohesión política y social a nivel nacional. Por otro lado, el ambiente intencional se complicaba y era previsible un nuevo conflicto intencional, en el cual Estados Unidos requeriría del apoyo mexicano. Además, con la llegada de Franklin D. Roosevelt a la presidencia, hubo un giro en la política exterior estadounidense, pasando de la Política del Gran Garrote a la del Buen Vecino. En este contexto, la política exterior mexicana tuvo importantes logros que se tradujeron en acuerdos internacionales que beneficiaron al país ya su población.

El capítulo décimo analiza la política exterior de México en el marco de la Guerra Fría, durante las décadas conocidas como "El Milagro Mexicano'', entre 1946 y 1970. Esta parte estudia cuatro administraciones presidenciales y examina los rasgos característicos de cada una de ellas en materia de política exterior. El capítulo describe el surgimiento del Sistema de Naciones Unidas y demás instituciones regionales e internacionales resultado de la Segunda Guerra Mundial, y analiza de manera particular el papel de México en la creación y operación de estos organismos regionales y multilaterales. De igual forma, en este periodo México pasó de una política exterior aislacionista a una participación mucho más activa en el concierto de naciones. Así, el capítulo destaca los principales logros de la diplomacia mexicana entre 1946 y 1970, en el marco del enfrentamiento en la Guerra Fría. Esto significó una alteración radical en el sistema internacional y en el equilibrio del poder a nivel global: Europa perdió la supremacía que había tenido en la política mundial desde el siglo XVI, mientras que Estados Unidos y la Unión Soviética se consagraron como las dos superpotencias a nivel global. Así, la comunidad de naciones dejó de tener su tradicional estructura multipolar para pasar a un mundo bipolar de enfrentamiento indirecto entre las dos superpotencias, conocido como Guerra Fría. Por su parte, la tensa estabilidad en el sistema bipolar internacional obligó a México a alinearse discretamente con Estados Unidos para facilitar su desarrollo económico nacional a través de una estrategia de industrialización por medio de la sustitución de importaciones. Esta política permitió la modernización del país, así como el crecimiento económico acelerado, una mejor distribución del ingreso y la ampliación de las clases medias y profesionales.

La década de 1970 inició con la crisis del sistema financiero internacional y de las instituciones creadas en Bretton Woods para su administración tras la Segunda Guerra Mundial. El capítulo once examina los cambios que el sistema internacional experimentó y los ajustes que México hizo en materia de política exterior durante las administraciones de Luis Echeverría y José López Portillo (1970-1982). En ese período, el mundo experimentó diversos desajustes económicos y, más tarde, la crisis petrolera, a partir de 1973. La situación afectó de manera sustantiva las dinámicas de crecimiento y desarrollo en México y el mundo. Al mismo tiempo, el capítulo estudia los impactos políticos y sociales a nivel interno e internacional como consecuencia de la crisis financiera global y analiza los cambios en la política exterior de México para hacerles frente. En particular, el capítulo examina el proyecto de política exterior del presidente Luis Echeverría como una de naturaleza activa que buscaba construir un liderazgo internacional de México entre los países en vías desarrollo. También esta parte analiza la política externa de José López Portillo, que trató de posicionar a México como potencia media en el ámbito internacional, aprovechando los recursos petroleros para ampliar su relevancia a nivel global, particularmente en su área natural de influencia, Centroamérica y el Caribe.

Finalmente, la cuarta y última sección analiza la política exterior de México después de la reforma económica n liberal llevada a cabo en la década de 1980. El capítulo doce describe el profundo proceso de transformaciones globales que llevaría al fin de la Guerra Fría y que obligaría a México a replantear su posicionamiento internacional. En primer lugar, para salir de la crisis económica heredada de las políticas de las dos administraciones anteriores, el gobierno de Miguel de la Madrid pondría en marcha una profunda reforma estructural de corte neoliberal, pasando de un modelo de desarrollo basado en la industrialización a través de la sustitución de importaciones a la apertura económica y comercial, cuyo énfasis estaba en promover las exportaciones y la inserción de México en los mercados mundiales. Así, durante las décadas de 1980 y 1990, México se transformó radicalmente, al igual que su política exterior. A partir de ese momento, la política externa servirá como un instrumento para insertar a México en el mundo, promover el libre comercio y atraer inversiones extranjeras. Dentro de esta estrategia, el país priorizó la relación con Estados Unidos con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1992. La política comercial y financiera también se usó como un instrumento básico de la política exterior en la administración de Ernesto Zedillo, con la firma del Acuerdo Global con la Unión Europea, que incluyó tres pilares fundamentales: libre comercio, cooperación y diálogo político. El capítulo explica detalladamente las variables políticas y económicas internas que hicieron que México llevara a cabo estas profundas reformas estructurales, vigentes hasta el día de hoy.

En seguida, el capítulo trece hace hincapié en la alternancia política en México y aborda los dos sexenios en los que los gobiernos del PAN condujeron las relaciones exteriores del país. Durante el gobierno de Vicente Fox, el llamado bono democrático favoreció al presidente en los foros internacionales en sus primeros años. Pero, más adelante, ese bono se diluyó y las posturas ideológicas del gobierno lo llevaron a cometer algunos traspiés diplomáticos con varios países latinoamericanos, lo que dañó el liderazgo y el prestigio mexicano en la región. También, el capítulo ilustra cómo, durante ese gobierno, se buscó construir una relación más profunda con Estados Unidos, especialmente en el tema migratorio y en la profundización de la integración económica. Finalmente, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la relación se concentró en el tema de seguridad. En el análisis del sexenio de Felipe Calderón, el libro explica la gran importancia que el presidente le dio al tema de la seguridad para buscar resolver el asunto de la violencia en el país, así como la manera en que esto impactó a las relaciones exteriores mexicanas. También, el texto destaca los intentos de Calderón por tratar de recuperar la confianza de los países de América Latina, la cual estaba muy dañada desde el sexenio de Vicente Fox.

El capítulo catorce describe la política exterior de México durante el corto regreso del PRI a la presidencia con Enrique Peña Nieto, quien gozó de un relativo consenso político interno al inicio de su sexenio a través del Pacto por México. Ello le permitió plantear algunas iniciativas importantes de política exterior, en particular la promoción internacional de las reformas estructurales de segunda generación puestas en marcha a través de ese pacto para atraer inversiones extranjeras al país y promover las exportaciones mexicanas en el mundo. En particular, el gobierno peñista planteó que México se convertiría en un actor con responsabilidad global. Sin embargo, los problemas internos (violencia, desapariciones y violación de derechos humanos, sumados a los escándalos de corrupción) y la aparición en el escenario internacional de Donald Trump impactaron de manera negativa el desempeño internacional de México.

En 2018, por primera vez en la historia del país un candidato de izquierda ganó la elección presidencial. Esto generó amplias expectativas en tomo al cambio y continuidad de la política exterior de México. El copioso triunfo electoral le daba a López Obrador un nuevo bono democrático, para usarlo como elemento de poder suave en la política exterior. Sin embargo, durante los primeros años de su administración, el presidente no lo aprovechó, como se analiza en el último capítulo del libro. López Obrador se tardó más de un año y medio para hacer su primer viaje al exterior, para visitar al presidente Trump en julio de 2020. El canciller Marcelo Ebrard ha ocupado su lugar en el resto de las cumbres internacionales de relevancia, como la participación en el G20, la apertura de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas y las reuniones de la Alianza del Pacífico. Algunas de sus decisiones de política exterior, particularmente hacia América Latina, han causado polarización interna y esto afectó el desempleo de México en el exterior. Además, las amenazas de Trump de imponer aranceles a las exportaciones de México obligaron al país a establecer un férreo control migratorio de los migrantes centroamericanos en tránsito por México hacia Estados Unidos, además de que el gobierno aceptó que los solicitantes de asilo en ese país esperen en territorio mexicano mientras lleven su proceso judicial. La llegada de Joe Biden a la presidencia en Estados Unidos en 2021 plantea nuevos rumbos en la relación bilateral.

En suma, este libro aporta una visión general, pero completa y critica, de la política exterior mexicana desde 1821 hasta 2021, es decir 200 años de la política externa del México independiente. El texto resalta el panorama mundial y le permite al lector ubicar el papel que México ha tenido en el mundo en dos siglos de vida independiente y el rol que le corresponde desempeñar hacia el futuro. La política exterior del país será efectiva en la medida en que incida de manera positiva en la seguridad y el desarrollo económico del país, así como en el bienestar de sus ciudadanos.

Finalmente, los autores agradecen a las autoridades del CIDE y de la UNAM por su apoyo para la publicación de este proyecto. De manera especial, reconocen al Dr. Manuel Martínez Justo por sus palabras en el prólogo. Asimismo, desean extender un reconocimiento a Guadalupe González, Jorge Chabat, Luis Ochoa, Adriana Ortega y Gabriela Mata por sus comentarios a las primeras versiones del libro. Sus observaciones fueron muy valiosas y sirvieron para mejorar sustantivamente la obra. De la misma manera, agradecen a las y los estudiantes Janetzy Altamirano, Jessica Cortez, Eduardo Lizárraga, Lizbeth Palacios, Mariana Soto, Julissa Sañudo y Perla Brito, por el apoyo para localizar fuentes y elaborar el índice temático.

Rafael VeJázquez Flores
Jorge A. Schiavon
Mayo de 2021

 

 

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