By using this website, you agree to the use of cookies as described in our Privacy Policy.

2020 Mayo 25 Ciencia de los dineros. Luis Fernando Granados

Apenas sorprende la reacción de algunos miembros de la elite académica luego de que el Conacyt los convocara a donar parte de su sobresueldo para el combate a la epidemia. Toda elite reacciona de modo semejante cuando le tocan o parecen tocarle sus privilegios. Si algo llama la atención es que esta vez se trató de un espejismo, porque los privilegios de la elite académica no estuvieron nunca en peligro. El llamado era eso: una invitación a la solidaridad. Nadie estaba obligado a aceptarla, como nadie está obligado a darle una propina al botones de un hotel o a contribuir con dinero para una causa que se juzga justa y necesaria. Calificarla como “chantaje”, o desestimarla porque los miembros del Sistema Nacional de Investigadores son también “parte del pueblo”, no es más que un exabrupto risible. (Por eso es patético que el Conacyt haya reculado tan rápidamente.)

Lo significativo del escándalo es que revela —aunque más bien: confirma— cuáles son las prioridades de la elite académica y de la prensa que transmite sus opiniones: esos 550 millones de pesos mensuales que reciben los miembros del SNI. ¿Cuánta gente en cambio se manifestó públicamente en contra de la cancelación de las becas de movilidad para estudiantes de posgrado como consecuencia de la crisis sanitaria, aunque fuera para actividades a realizar en el segundo semestre de este año? ¿Dónde están las notas periodísticas acerca de la improvisación con que muchas universidades organizaron y conducen sus actividades docentes en línea? ¿Por qué se habla tan poco —más allá de las plataformas que malamente llamamos redes sociales— de lo absurdo que fue no averiguar cuántos estudiantes carecían de una computadora personal y una buena conexión de internet en casa antes de contratar servicios privados como Zoom? ¿Por qué no ha habido agitación mediática para reclamar la falta de capacitación a los profesores para dar clases en línea?

Más que de costumbre —lo cual ya es decir demasiado—, las universidades y los centros de investigación han encarado sus tareas docentes durante estas semanas con poca o nula seriedad pedagógica, con ignorancia y desdén acerca de las condiciones de vida de sus estudiantes. Pero eso parece no formar parte de la agenda de un sector de la elite académica, buena parte de los funcionarios universitarios y los medios que amplifican el volumen de sus preocupaciones. En síntesis: por su comportamiento en los últimos días es evidente que a algunos miembros del SNI les importa menos la formación de sus estudiantes que el estado de sus cuentas bancarias —y eso que pocos sectores de la sociedad han vivido el confinamiento en mejores condiciones que los profesores-investigadores: sin la más mínima afectación salarial y aun con la reducción de algunos de los mecanismos de control laboral impuestos por las burocracias (como registrar su asistencia al salón de clases).

                                           LEER MÁS...         https://elpresentedelpasado.com/2020/05/25/ciencia-de-los-dineros/#respond