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DE LA MEMORIA… El Sindicato de Trabajadores y Empleados de la UNAM, STEUNAM se apodera de la Ciudad Universitaria en demanda de un contrato colectivo.

El grupo que toma las instalaciones está compuesto predominantemente por personal obrero y de intendencia, a pesar de que el grueso de los trabajadores universitarios son oficinistas. Los paristas cierran el paso a los edificios mediante improvisadas barricadas colocadas en los accesos principales y amenazan con tubos y palos a los empleados que intentan ingresar a sus labores. Tampoco permiten la entrada a los miles de estudiantes y cientos de profesores que son tomados por sorpresa y deambulan por los alrededores sin saber qué actitud asumir. Surgen conatos de violencia entre los que pretenden laborar y los que con insultos y amenazas les impiden hacerlo.

La mayor resistencia inicial proviene de buena parte de los trabajadores administrativos que, acostumbrados al habla y trato amables y cultos de los mejores profesores e investigadores, consideran grotescos los modos toscos de Evaristo Pérez Arreola, líder del movimiento, quien no les simpatiza aun como dirigente de la ATAUNAM, que es la agrupación legal existente, menos como jefe de un nuevo sindicato, el STEUNAM. A los más informados les parece oportunista su discurso de “izquierda”, pues el 13 de junio de 1971, tras la matanza de estudiantes del jueves de Corpus, como líder de la ATAUNAM, Pérez Arreola publicó un desplegado de apoyo al gobierno echeverrista en pro de la legalidad y el orden, y en contra "de conocidos agitadores políticos excarcelados recientemente y que vienen constantemente creando choques e incitando a la violencia".

 

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