PRÓLOGO A LA MEMORIA POLITICA DE MEXICO. Doralicia Carmona Davila
La Memoria Política de México es el resultado de un esfuerzo iniciado hace más de quince años con un propósito de divulgación de nuestro pasado político, tan importante en tiempos de crisis, cambio y búsqueda, como los que estamos viviendo en las últimas décadas, en los que nuestra historia ha de ser ancla y vela para transitar por el turbulento siglo XXI y perdurar como nación soberana, en un contexto de globalización que lo mismo destruye al planeta, que arrasa identidades nacionales y memorias históricas.
Son más de tres mil documentos que incluyen las principales cédulas reales, ordenanzas, leyes y aun bulas papales que tuvieron que ver con la Nueva España y después con México, así como el texto completo de todas las Constituciones que han estado vigentes en lo que ahora es nuestro país, desde el Estatuto de Bayona hasta la de 1917; contiene también, los más relevantes planes políticos, lo mismo el de Iguala que el de Ayutla, el de San Luís, el de Ayala, el de Guadalupe, el de Agua Prieta y demás que sustentaron las rebeliones en los dos pasados siglos; asimismo recoge libros, ensayos y discursos políticos que trascendieron el momento en que fueron escritos.
Los textos están clasificados en periodos: Gestación e Independencia (1492-1821) que comprende la conquista, colonización, institucionalización del virreinato, y aglomeración de culturas españolas, indígenas y africanas en una sociedad mestiza de castas y desigualdad, que termina con la consumación de la independencia de la Corona Española.
Del Imperio a la ocupación norteamericana que nos arrebató el futuro que pudo ser (1821-1848), considerado como un periodo en el que se prolongan las estructuras coloniales pero se inicia el proceso de descolonización, que se caracteriza por la inestabilidad auspiciada por clérigos y militares exrealistas en defensa de sus fueros y de los grandes propietarios, constantes ensayos de proyecto nacional sea Monarquía o República centralista o federal, y abuso de las potencias que acuden al despojo de las enormes riquezas naturales de lo que fue la Nueva España hasta que los Estados Unidos logran quedarse con más de la mitad del territorio en su primera guerra imperialista.
Sobrevivencia y Reforma (1848-1861) en la que se inicia la transformación de las estructuras coloniales promovida por los liberales, que tras la mayor tragedia nacional que haya sufrido país alguno, se enfrentan a la culminación y decadencia de la dictadura de Santa Anna y la venta del territorio de la Mesilla, derrotan por las armas a los conservadores e imponen la formación real del Estado moderno y nacional en el que el Estado se separa de la Iglesia y se instaura el capitalismo al que México comienza a dirigirse.
La Intervención Francesa (1862-1867) es un periodo en que se vuelve a poner a prueba nuestra capacidad para sobrevivir como Nación, en el que Juárez moviliza la resistencia popular que no se tuvo durante la invasión estadounidense en la que fundamentalmente combatieron dos ejércitos, y organiza una guerra de desgaste contra el ejército francés mediante las guerrillas de chinacos y pocas batallas entre ejércitos como la del 5 de mayo de 1862. Con un hábil manejo de la situación internacional, el gobierno republicano salva al país y consuma la segunda independencia de México.
De la República a la Dictadura (1868-1910) cuando tiene lugar un desarrollo democrático que se va perdiendo hasta la completa institucionalización del porfiriato, durante el cual se adopta un exitoso modelo de crecimiento hacia afuera basado en el saqueo de las riquezas nacionales por las empresas extranjeras y en la explotación de la mano de obra barata, semiesclava y acasillada, así como en el despojo de las tierras y aguas comunales de los pueblos y comunidades, todo lo cual genera riqueza para los extranjeros y antiguos criollos mexicanos y miseria para la mayoría de la población, además de guerras de exterminio a los grupos indígenas, como yaquis y mayas.
La Revolución (1910-1982), como respuesta al desarrollo capitalista dependiente y desigual que provoca la concentración de la riqueza para una élite y la pobreza y marginación para el resto de las clases sociales, de la que resulta un Estado activo, interventor y proteccionista, que logra un crecimiento económico acelerado y el mejoramiento de las condiciones de vida de buena parte de la población durante el llamado “milagro mexicano”, pero que termina con la debacle del gobierno de José López Portillo, arrastrado por la crisis energética mundial, la resistencia de las élites a sostener el estado de bienestar y el arribo en Inglaterra y Estados Unidos de la ideología neoliberal que rechaza como dogma toda intervención estatal a la que juzga como populismo.
Y el último periodo, Cambio de Rumbo (1982-2000) hacia el neoliberalismo,que inicia a partir del régimen de Miguel de la Madrid; con él, comienza el abandono del Estado y del nacionalismo, así como el alejamiento de Latinoamérica; se consuma el triunfo del mercado, del libre comercio y del crecimiento económico hacia afuera, para la integración paulatina y subordinada a Norteamérica, a la que se opone la izquierda en el campo electoral y con las armas el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Aunque esta Memoria termina en el año 2000, se puede adelantar que este periodo de Neoliberalismo se prolongará hasta 2018, tras dos gobiernos del PAN y uno del PRI, que se caracterizarán por un escaso crecimiento económico, entrega de los recursos naturales a empresas nacionales y extranjeras, mayor desigualdad y pobreza, y sobre todo, corrupción y enriquecimiento de una élite de funcionarios y empresarios nacionales y extranjeros, que concluirá con el arribo mediante inusitada votación democrática de Andrés Manuel López Obrador como presidente de la República.
La segunda parte comprende más de mil quinientos sucesos que marcaron el rumbo de nuestra historia política, presentados en forma de efemérides, que a menudo incluyen textos en PDF, relativos al hecho reseñado, tanto como pequeñas biografías –si es el caso- del principal personaje involucrado en el mismo. Frecuentemente, las efemérides están vinculadas a los documentos contenidos en la primera parte, pues pueden referirse a los actos de los que se originaron estos documentos.
La tercera y última parte de la Memoria Política de México está integrada por más de 250 biografías de personajes mexicanos y extranjeros que actuaron políticamente en México de manera relevante, para fortuna o para desgracia de nuestra Patria.
A fin de facilitar la búsqueda, se añade una Cronología que permite el acceso tanto a los textos y efemérides como a las biografías. Asimismo, dentro de esta cronología se acotan fechas memorables relativas a hechos e ideas políticas que han ejercido influencia en nuestro desarrollo político.
Se intenta así satisfacer la responsabilidad que el maestro Daniel Cosío Villegas asignaba a los historiadores: escribir libros para profesionales de la historia, para la enseñanza y para el público general. La parte de los Textos está a disposición particularmente para los profesionales, y las otras dos partes, pueden ser apoyo didáctico para la enseñanza y, desde luego, también pretenden difundir la historia política de México.
Para aprovechar la tecnología digital, cada uno de los textos, biografías y efemérides cuenta con una o varias imágenes; la mayoría de las más de cinco mil imágenes circula libremente por la Red. En todos los casos, especialmente cuando ya existía la fotografía, se trató de conseguir la imagen directa, de modo que aparecen imágenes que datan de la época de la guerra con Estados Unidos, de la Intervención Francesa y muchas, desde luego, de la Revolución Mexicana.
La presente Memoria llega hasta el 31 de diciembre del año 2000, pues considero que los hechos posteriores aun no pueden ser analizados desde una perspectiva histórica y el actual trabajo dejaría el terreno de la historia para entrar al de la política, de la sociología y de la economía. Opté por seguir enriqueciendo el periodo abarcado 1492-2000, de ahí que la edición en línea se ofrezca como perenne.
Este es, en resumen, el contenido de los más de 15,000 ficheros que integran la Memoria Política de México.
Durante la elaboración de la Memoria mantuve presente algo que siempre inquieta a los estudiosos de las ciencias sociales: el problema de la objetividad en la elección de los diversos temas y en el tratamiento de los mismos, aunque coincido con María Victoria López-Cordón en que “la grandeza de la Historia no está en la objetividad sino en la complejidad... [Pues] toda Historia demasiado rotunda es tan simple que termina no siendo verdadera”.
Por eso destaco que en la selección de documentos, efemérides y biografiados, escogí aquellos que a mi parecer dejaron huella en la historia de México para bien o para mal, motivados por distintas ideologías, posiciones políticas e intereses económicos. Así, intento ofrecer un muestrario no partidista de lo que han sido la política y los políticos en nuestro país, con toda la objetividad que pude lograr desde mi perspectiva de estudiosa, no de militante, de la política nacional.
También estoy consciente, como escribe Roger Osborne (Civilización) que: "La historia es selectiva por la perspectiva, la educación y la situación social del historiador, por el momento en que se escribe, por la disponibilidad de los documentos, por su conexión con los grandes temas del pasado y por la posibilidad de que haya nuevas revelaciones y nuevos hallazgos".
Naom Chomsky escribe: "¿Quiénes son los guardianes de la historia? Los historiadores, naturalmente. Las clases educadas, en general. Parte de su trabajo es la de conformar nuestra visión del pasado de manera que sostenga los intereses del poder presente. Si no lo hacen así, serán probablemente marginados de una manera o de otra". Por eso aclaro que este es un trabajo personal e independiente de casi dos décadas, que no sirve a interés o poder alguno, que carece y ha carecido de patrocinio o financiamiento público o privado, que sólo obedece a mi conciencia y responsabilidad de humilde historiadora, que conmovida con la trágica pero esperanzadora historia del pueblo mexicano ha sentido la necesidad de compartirla a todo aquel que sienta amor por México.
Con todas estas limitaciones, trato de entregar una fuente de consulta permanente, en la cual los interesados en la historia política mexicana, estudiantes, profesores o investigadores puedan tener acceso a los textos completos que han marcado el rumbo de nuestro desarrollo. Conocerlos es incrementar nuestra conciencia histórica, porque, parafraseando a Ortega y Gasset, vivir históricamente es la manera más humana de vivir, y además, la más responsable.
Mi intención es contribuir, así sea modestamente, al desarrollo democrático de México al difundir aspectos de nuestra historia política como una extensión de la docencia que ejercí en la Universidad de Guanajuato. Con la Memoria Política de México, trato de aportar conocimientos de su historia al ciudadano común, para que los asimile desde su ideología, ética y circunstancias propias, ya que el saber histórico está vinculado al ejercicio consciente, libre y crítico de la ciudadanía, y quien ignora su historia es más manipulable y puede llegar a ser “carne de dictadura”. (José Manuel Roldán).
Desde esta perspectiva, como obra de divulgación, es a los ciudadanos a quienes va dirigida esta Memoria Política de México. Sé que para el ciudadano común puede resultar difícil la lectura de los textos antiguos, pero como docente, creo con Torres Bodet que "un concepto democrático de la educación no consiste tanto en popularizar lo que no es popular por definición, cuanto tratar de poner las más altas realizaciones del alma al alcance de aquellos que por su esfuerzo sean dignos de conocerlas." Por esto mi pretensión de poner los textos básicos de su historia al alcance de todo el pueblo mexicano en línea en la Internet, pues como escribió Margarite Yourcenar: "nunca se debe renunciar a convencer a las masas", en este caso, de la importancia de conservar su memoria histórica, base de la identidad de los pueblos.
También se trata, a la manera de Vasconcelos, “de propagar hechos que lo instruyan, datos que lo informen e ideas nobles que aviven el poder de su espíritu”, y en materia política de "enseñar a los hombres (a los mexicanos) lo que es grande y radiante..." (Hannah Arendt). Por eso quise también recordar y honrar a los personajes que han hecho avanzar nuestra incipiente vida democrática, así como a aquellos que fueron reprimidos por su defensa de los principios y valores de la democracia.
Mi gran y muy pretensiosa aspiración es que quien se acerque a esta Memoria, como escribe Daniel Tulín, viva una experiencia histórica que si bien lo haga regresar al pasado, también lo haga volver después al presente con una más amplia y profunda conciencia del tiempo que le ha tocado vivir y de su responsabilidad en la conformación de su futuro.
Agradezco al Dr. Javier Corona Fernández, entonces director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guanajuato, su apoyo en la elaboración de esta Memoria y la presentación de la misma que tuvo a bien escribir para su primera versión.
A pesar de que la carga de trabajo ha estado centrada en mi persona, quiero agradecer y reconocer a quienes me han acompañado con su apoyo, ayuda, opiniones, donaciones de libros y revistas, colaboraciones, documentos y datos. Agradezco a Ariel Ruiz y Humberto Picazo su ayuda en la investigación de fuentes y datos; reconozco el trabajo técnico, más allá del sentido del deber, de Miguel Ángel Galindo y Ayalí Lara que con entusiasmo convirtieron la Memoria en un portal electrónico y en un DVD, así como la ayuda y orientación que me brindaron José Antonio Arteaga Fernández, José Eugenio Pérez Blanco y Juan Pablo Guevara Silva; y doy las gracias por la revisión del contenido a Francisco Miguel Ortiz, Paloma Sierra Ruiz, Miguel Ángel Gómez Torrecillas, Magdalena Bugambilia de la Selva, José Sebastián López Rodríguez, Diego Velázquez. y Luís Felipe Pérez Sánchez
Doralicia Carmona Dávila