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De la Memoria Política de México....Fray Bartolomé de las Casas (1474-1566).

Hijo del soldado raso Francisco de Casaus, descendiente de franceses que acompañó a Colón a América en 1493, nació en agosto de 1474 en Sevilla, España. Se cree que combatió como soldado en la guerra de Granada. Licenciado en leyes y teología por la Universidad de Salamanca en 1498 (otros señalan que estudio latinidad en Sevilla), se embarcó hacia La Española en 1502, con la expedición de Nicolás de Ovando. Permaneció ahí durante ocho años.

 

Apoyó las protestas del padre Montesinos, conmovido por su famoso sermón en el que preguntó: "Y éstos no son personas...?", refiriéndose a los indígenas, y aunque no estuvo de acuerdo con su doctrina, decidió pugnar porque se otorgara a los indígenas un mejor trato conforme al derecho natural y divino, así como al derecho español. Fue así como tomó los hábitos en la Orden de Santo Domingo en 1512 o 1513 (algunos señalan 1510), siendo el primer sacerdote cristiano consagrado en América.

 

Tomó parte como capellán en la conquista de Cuba al lado de Diego Velázquez, con quien trabó amistad. Ahí actuó de manera destacada en la evangelización de los aborígenes de la isla; incluso obtuvo una encomienda, “de cuyo servicio y obsequio pronto se arrepintió, y cargó esta pena con amargura grande por toda su vida”, porque la encomienda (pueblo indígena que se asignaba a un español para que recibiera sus tributos) y los repartimientos de indios (indígenas obligados a trabajar para beneficio de un español con escaso o nulo pago) eran instituciones coloniales destinadas a la explotación de los nativos americanos.

 

Se dice que intervino infructuosamente ante Diego Velásquez para que el jefe indígena rebelde Hatuey no fuera quemado vivo, lo que le dio conciencia de la forma cruel con la que los conquistadores trataban a los nativos. Las Casas relató crueldades similares:

 

“Una vez vide que, teniendo en las parrillas quemándose cuatro o cinco principales y señores (y aun pienso que había dos o tres pares de parrillas donde quemaban otros), y porque daban muy grandes gritos y daban pena al capitán o le impedían el sueño, mandó que los ahogasen; y el alguazil, que era peor que verdugo, que los quemaba (y sé como se llamaba y aun sus parientes conocí en Sevilla), no quiso ahogarlos, antes les metió con sus manos palos en las bocas para que no sonasen, y atizóles el fuego hasta que se asaron despacio como él quería. Yo vide todas las cosas arriba dichas y muchas otras infinitas”.

 

En 1514 renunció públicamente a su encomienda y se dedicó a trabajar a favor de los indios contra la codicia de los encomenderos, acto que es conocido como su conversión. A partir de entonces, predicó que los únicos dueños del Nuevo Mundo eran los indios y que los españoles sólo debían acudir ahí para convertir a los indígenas al catolicismo.

 

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                                 https://memoriapoliticademexico.org/memoria/Biografias/CAB74.html