El Yunque, su pensamiento.
La vigencia de la Organización Nacional del Yunque, al cabo de casi medio siglo, tiene el mérito de haber contado con personajes hábiles para persuadir, en coyunturas de crisis, a sectores sociales irritados con determinadas decisiones y acciones del gobierno priista o de la izquierda.
De hecho, su aparición y desarrollo, salvo descalabros coyunturales —como el movimiento estudiantil de 1968, que produjo un éxodo de la unam—, obedece a que se han contrapuesto a sectores de la izquierda, incluyendo a los sectores progresistas de la Iglesia, antes y después del Concilio Vaticano II, en los sesenta.
El grupo compacto que actualmente jefatura la Organización Nacional del Yunque y que ocupa posiciones clave en el pan tiene una historia sobre todo a principios de los sesenta, aunque es en los setenta y los ochenta que adquiere una solidez suficiente para controlar un amplio sector del pan.
Además de Plata Moreno, uno de los personajes clave de la organización Nacional del Yunque es Federico Müggemburg, quien se infiltró en el movimiento demócrata-cristiano, a principios de los sesenta, para efectuar un trabajo de espionaje que diera argumentos a la cúpula del pan para expulsar a sus promotores.
El propio Müggemburg relató, con profunda satisfacción, el éxito de su misión en un libro editado por ser en 1971, La cruz, ¿un ariete subversivo?, que define, desde la portada, su hipótesis: "Grupos de presión para empujar a la Iglesia a la política".
Es un recuento de Müggemburg Rodríguez —que como director del cees firma como Müggeanburg y Rodríguez Vigil— sobre la democracia cristiana en México a inicios de los sesenta, y que acusa a la Iglesia "progresista" —de izquierda— como demoniaca.
El libro de Müggemburg es clave, como el prólogo de Plata Moreno, que enseguida se transcribe:
No es común que un libro tan documental, actual y combativo como el que ha escrito Federico Mügemburg Rodríguez (sic), sea lanzado al público en una forma tan abierta y terminante. Lo habitual es el folleto semiclandestino de poco cuidada presentación y que, junto a una escasa documentación, utiliza improperios y denuestos sin tasa. Editorial ser se honra en presentar un testimonio fiel y sincero, producto de larga y sentida meditación, de uno de los hechos más trascendentes de nuestro tiempo, determinante, sin duda alguna —quizá debiera decirse mejor, consecuencia— del ataque solapado que están recibiendo instituciones y estructuras, como la Iglesia Católica y los Gobiernos, en el mundo Occidental.
Indudablemente, Federico Mügemburg, al dar testimonio, ha antepuesto a toda otra consideración su calidad de católico y de mexicano, para, basado en ella, descubrir la utilización de ese ambiótico organismo llamado Democracia Cristiana, hace de la buena fe y —¿por qué no?— de la inocente ingenuidad de muchos eclesiásticos, para desviar desde dentro la línea tradicional de la Iglesia y, además, subvertir el estatus político de los países en los que se asienta.
El valioso testimonio que da el autor no se basa en suposiciones sino en hechos más que conocidos, vividos intensamente, día a día, en una plena participación que le llevó a ser miembro del Consejo de la Juventud de la Demócrata Cristiana. Su puesto destacado en el organigrama de la dc de México, le valió el ser enviado a los institutos de formación democristiana existentes en Chile y Venezuela, además de múltiples misiones al extranjero.
No es, pues, Federico Müggemburg un indocumentado que escribe de oídas, sin bases en las que asentar sus conclusiones. Es, muy por el contrario, un hombre conocedor de la problemática a la que se enfrenta y a la que, por conocerla, combate.
Las razones que mueven a un hombre a realizar un documento histórico, como es este libro, sólo pueden estar basadas en un profundo conocimiento de su propio destino trascendente, que le impulsa a denunciar, como católico y mexicano, la grave amenaza que se cierne sobre su Fe y su Patria, sin tomar en consideración las razones hostiles que su viril postura pueda acarrearle.
La democracia cristiana —a través de las páginas que siguen podrá verse matizado aún— no es simplemente un movimiento político que aspira lealmente al poder. Es algo más sutil, menos concreto, que lleva a mezclar religión y política en una confusa gama de dogmas socio-económicos de clara tendencia comunizante. La idea cristiana, usufructuada como término político —de evidente magnetismo en los pueblos de cultura católica— se desvirtúa y el testimonio de Federico Mügemburg confirma esta situación, por demás conocida para todos aquellos que están interiorizados en los problemas políticos y religiosos.
No ha sido fácil para el autor escribir este libro. De ello hay que estar convencido, ya que cuando alguien se ha vinculado muy estrechamente a una ideología, resulta muy difícil renunciar a ella y combatirla. Este libro es el resultado de esa difícil decisión, y en él está contendido, no sólo la personal experiencia del autor, sino un estudio objetivo, único en México, sobre la dc, con sus profundas implicaciones y proyecciones hacia todo el mundo, descubriendo los entretelones velados de una nueva Internacional (reminicencias, quizás), que habiendo comenzado a asentarse subrepticiamente en México, puede ser, mediante la destrucción del estatus político-religioso que prevalece, la cuña que provoque una división más en el pueblo mexicano, por el enfrentamiento entre la Iglesia y el Estado.
Federico Mügemburg ingresó a la Democracia Cristiana en ese difícil momento de decisión personal, cuando el hombre se asoma al mundo ajeno que le rodea, mientras que se hacen los estudios en la universidad y se es campo abonado para nuevas ideas. Avalaba aquella ajena doctrina política la recomendación implícita, y a veces explícita, de sus maestros jesuitas de la Universidad Iberoamericana —uno de los grandes centros de reclutamiento de la dc— y su capacidad, aunada a su juvenil entusiasmo, le hizo alcanzar puestos de responsabilidad. Pero las corruptelas económicas y morales que desde su privilegiada posición pudo observar y las graves desviaciones doctrinales e ideológicas que advirtió en el pensamiento de los dirigentes políticos, en las que estaba implícita la traición a la Patria a favor de la Internacional Demócrata-Cristiana, y la convicción de que, antes que servir a la religión, pretendían servirse de ella, le hicieron elegir el camino de la separación y, más tarde, después de profundas reflexiones, el de la sincera denuncia de la conspiración, que a la sombra de la Iglesia mexicana y a sus espaldas, estaba naciendo y creciendo.
Es absurdo afirmar —aunque no sería extraño que lo hicieran los involucrados— que fuera el despecho de no ser alguien, el no figurar, el que haya forzado al autor a hacer sus valientes revelaciones, ya que pese a su juventud, llegó a posiciones directivas dentro del democristianismo en México, y seguramente le esperaba una brillante carrera dentro del movimiento internacional. Por otra parte no se le oculta la hostilidad hacia él que en algunos pueda provocarse; mas el hombre de carácter se mueve por convicciones, no por cálculos convenencieros.
Este libro es por ello un valioso testimonio por los datos objetivos que recoge, la extensa documentación y la personal experiencia del autor, y significa, además, una terminante voz de alerta que toca recoger a los hombres responsables del Estado y la Iglesia.
Müggemburg, quien suele presentarse como asesor de Vicente Fox, igual que Velasco Arzac, fue uno de los pocos laicos designado como relator del Sínodo de Obispos, convocado por Juan Pablo II, en 1997, y habitual asistente a reuniones vaticanas.
Es también consejero de la Escuela de Ciencias Políticas de la upaep, de cuyo Instituto de Investigaciones Políticas es director otro ideólogo de la Organización Nacional del Yunque, Jesús Díaz Cid, también consultor del concilio para la Cultura del Vaticano.
Díaz Cid es, además, director del Instituto de Estudios Políticos y Sociales "Motolinía" y autor de numerosos estudios, entre ellos Los cristianos y el compromiso político.
Este personaje emplazó a Fox, aun antes de que tomara posesión, a hacer cambios urgentes en la educación, como la actualización de los libros de texto gratuitos, una vieja demanda de los sectores ultraconservadores.
Según una nota de El Financiero, fechada el 7 de octubre de 2000, "pidió una revisión y actualización de los libros de texto gratuitos, donde se dé una justa dimensión a la situación previa al movimiento independentista de 1810 y recuperar el periodo del Virreinato, porque ahí nació México, no después de la independencia encabezada por Hidalgo, Morelos y la Corregidora".
Añadió en una conferencia celebrada en la upaep:
Fox no puede permitir amenazas del pri en el sentido de que no le permitirá hacer cambios en el sistema educativo, porque considera que deberá reestudiarse la historia y darle su lugar a Agustín de Iturbide y a Porfirio Díaz, y acabar con mitos como Benito Juárez y las Leyes de Reforma, que siguen dividiendo a la sociedad.
Pero ya para julio de 2002, Díaz Cid era otro de los desilusionados por Fox y aun sugirió que debería renunciar, según consignó el portal depuebla.com:
Para Díaz Cid, el presidente se ha alejado de la transición democrática, carece su gobierno de rumbo económico, en el país priva el desánimo y la frustración, y después del resultado electoral de Nayarit, perdiendo los comicios legislativos del 2003, el pri se prepara para retomar la Presidencia y Vicente Fox " nada tiene que hacer en el poder".
Resumió: "En la sociedad mexicana hay desaliento y frustración".
Velasco Arzac, por su parte, ha sido más protagónico en su desempeño como ideólogo de la ultraderecha, sobre todo desde los cargos que ha ocupado en la Coparmex, donde ha hecho una extensa carrera profesional y es el impulsor de Bravo Mena.
Egresado en 1965 de la carrera de Ciencias y Técnicas de la Información de la Universidad Iberoamericana, con calificaciones más bien mediocres, Velasco Arzac se tituló hasta octubre de 1995, cuando había recorrido muchos caminos en la Organización Nacional del Yunque.
Miembro de este grupo desde que era estudiante, formó parte de la célula que había en la Iberoamericana, junto con Müggemburg, participando en numerosos operativos en la capital del país, hasta que fue enviado por Plata Moreno a Guanajuato.
En 1975, Velasco Arzac se relacionó con el medio estudiantil de León como secretario de la asociación civil Promoción Educativa Leonesa y, al año siguiente, se convirtió en director de la Asociación de Industriales del Estado de Guanajuato (aieg) y como coordinador de la Alianza para la Producción, alentada por el gobierno de López Portillo.
La aieg fue, precisamente, receptáculo de los yunques a partir de que la presidió Elias Villegas, entre 1982 y 1985. Ahí acogió a Mosqueda Martínez, Jorge Dávila, los Aranda Álvarez, Alfredo Ling Altamirano, René Mondragón, Ramón Muñoz Gutiérrez y su hermano Jesús.
Desde la aieg se financiaba la impresión de volantes, llamadas telefónicas y "operativos" de los yunques con tanto personal, que la nómina creció a niveles insostenibles y tronó financieramente.
En sus andanzas por Guanajuato, Velasco Arzac tenía tal ímpetu por afiliar a nuevos yunques que solía hacer "levas" de jóvenes, que lo llevaron a cometer varios traspiés. Por ejemplo, trató de reclutar a un joven, Francisco Arroyo Viera, actual diputado local priista, sólo por su apariencia de bien portado.
Es en Guanajuato donde Velasco Arzac conoce a Bravo Mena, a quien impulsa para que, en 1978, ingrese como analista de política nacional del Centro de Estudios Sociales del Sector Privado (cees), que dirigía Federico Müggemburg, justo cuando Clouthier asume la presidencia de la Coparmex.
Con Velasco Arzac como secretario general de la Coparmex a partir de 1980, Bravo Mena se desempeñó como director de Entorno Político entre 1983 y 1986, y luego brincó como subdirector del Instituto de Proposiciones Estratégicas, del que aquél era director.
Al fundar Velasco Arzac, en 1984, Hechos de la Semana, le abrió a Bravo Mena otro espacio de influencia, en ese contexto: en 1985, se hizo cargo de esa publicación de la Coparmex.
El actual presidente del pan renunció a sus puestos en el sector privado, en 1987, para incorporarse a la campaña de Clouthier como asesor, mismo cargo que tenía Velasco Arzac, quien seguía en Coparmex y como coordinador de la Comisión de Educación del Sector Empresarial (cese) .
Es en la etapa de la campaña cuando los organismos creados por la Organización Nacional del Yunque, como dhiac y Ancifem, se apoderaron del control de la misma, tal como se ha documentado.
La carrera política de Bravo Mena despegó al ser designado por Clouthier secretario técnico del "gabinete alternativo", del que Fox fue responsable de Política Agropecuaria. Una vez que se produjeron los arreglos del pan con Salinas, fue nombrado candidato a la alcaldía de Naucalpan, en 1990, y en 1992 consejero nacional del pan, mientras era diputado federal plurinominal.
Al año siguiente fue nominado candidato al gobierno del Estado de México y se integró al cen, y para 1994 se desempeñó como senador de primera minoría por esa entidad.
En la primera parte de los noventa, mientras Bravo Mena escala posiciones en el pan, Velasco Arzac sigue incrustado en la Coparmex —como director de Proyectos y de Vertebración Social— con los sucesores de Clouthier: José Luis Coindreu (1980-1982), José María Basagoiti (1982-1985), Bernardo Ardavín Migoni (1985-1988), Jorge Ocejo Moreno (1988-1991), Héctor Larios Santillán (1991-1993), Sánchez Díaz de Rivera (1993-1995) y Abascal Carranza (1995-1998).
En 1997, Velasco Arzac se integró a México Unido contra la Delincuencia, creado a instancias del sucesor de Abascal, Gerardo Aranda Orozco, hermano de Ana Teresa —directora del DIF con Fox—, ambos oriundos de León, como Bravo Mena.
Fundadora de Ancifem, de la que fue jefa de prensa en León entre 1974 y 1976, Ana Teresa Aranda participaba junto con Bravo Mena en los cursos que se impartían, como "actividades externas", a los jóvenes miembros de la Organización Nacional del Yunque, por ejemplo en "El Pueblito ", cercano a la capital de Querétaro.
Uno de esos jóvenes era Ramón Muñoz Gutiérrez, quien en 1982 y 1983 dirigió dos periódicos: Encuentro y Luz y sonido, editados en Lagos de Moreno, Jalisco, ciudad cercana a León.
En el número 15, durante la cuaresma de 1982, publicó en la primera plana "la última palabra de un poeta llamado León", en el que reveló que el poeta español León Felipe se convirtió al catolicismo, un dato que, según él, "la mayoría de sus biógrafos ha callado", siendo esta parte " la más importante de toda su vida".
Muñoz dice que quien le reveló la conversión fue un sacerdote, Senén Mejía, quien se hizo pasar como obrero para conocerlo más.
Después de mucho frecuentarlo, el poeta supo que Senén no era un obrero como él lo suponía, sino un cura. Se rebeló contra esta revelación [...] pero al final de cuentas, maduramente, la aceptó:
"Francamente sí creo que eres un cura. He estado dudando, pero sí quiero confesarme. Y León Felipe, se confesó".
El padre Senén nos cuenta: "Cuando ya iba a morir, faltando como un mes, yo andaba en Chiapas y me mandó este recado: ¡Vente pronto, porque quiero hablarte! Cuando llegué me entregó un manuscrito, mismo que más tarde me serviría para poder tener acceso al Sanatorio Español, donde convaleciera."
En una de sus últimas confesiones pidió al padre Senén que cuando muriera fuera a verlo. "Y quiero, mira, que me celebres una misa, quiero que tú digas que soy católico... Mi padre fue seminarista... Yo ciertamente soy un hijo pródigo... Tráeme la comunión. Vete por ella, porque la necesito hoy."
Con frecuencia iba a verlo. Se quedaba junto a su cuarto o en el recibidor, en fin, como un amigo que no abandona a su amigo. Murió el 18 de septiembre.
Una hermana de León Felipe, Salud Camino, intervino decididamente para que se cumpliera la voluntad del poeta de que se celebrara por él una misa de sufragio. La celebró el padre Senén. Provocándose con ello un serio incidente que los periodistas, por razones inexplicables, trataron de minimizar.
"Soy ya tan viejo, y sé que ha muerto tanta gente a la que yo he ofendido que ya no puedo encontrarla para pedirle perdón... Ya no recuerdo bien, voy olvidando... olvidando, pero quiero que la última palabra, la última palabra, pegadiza y terca, que recuerde al morir sea ésta: perdón...
En el otro periódico, Luz y Sonido, Muñoz —quien firmaba como Ramper— valora en el editorial el fin del gobierno de López Portillo.
Iniciando la prepotencia política un primero de septiembre dice adiós su creador, de este sexenio, a la banda presidencial, legando la dura crisis política, económica, social y sobre todo de credibilidad al Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, que como en "palabras anteriores" fue designado por su antecesor.
Un adiós, tan esperado, que para el pueblo de México sólo
puede comparar con lo acaecido hace seis años, casi bajo las mismas circunstancias, aunque menos agudas.
El tiempo se concedió, regresó la confianza, pero se nos mentía, ya que por debajo del agua, como se tejen las cosas en este país, se planeaba el gran paso delante de la prepotencia política, sin pensar en que se destrozaba por enésima vez la confianza de un pueblo, y sobre todo que este pueblo perdía, sin encontrar cómo detenerla, la credibilidad en sus gobernantes.
Y acaso esto no se demuestra con el despliegue propagandístico realizado por el gobierno a través de los medios de comunicación bajo el lema: "Integremos todos los yo en un nosotros ".
Pareciera que antes de tomar la puerta de salida la prepotencia política, expresada en su más amplia concepción, decide justificarse unificando todas las voces que estuvieron contra las decisiones tomadas en estos últimos tres meses, y que son del pueblo bajo un lema: Yo soy todos y bajo lo que yo decida todos ustedes deben quedar integrados.
Aunque según parece Miguel de la Madrid ya inició la toma del poder, debido a esta suposición tomada del clásico periodo del trasbase del poder en México, nace la pregunta de si será el ¿adiós a una prepotencia política?... o todo seguirá como siempre.
La vena periodística de Muñoz la desplegó, también, en el diario Noticias de Provincia, publicado en Lagos, y en sus colaboraciones destacan los temas religiosos y políticos.
El 27 de noviembre de 1983, publicó en el diario un artículo titulado "La interpretación de los sueños", en el que narra a un siquiatra "X" sus sueños y él los interpreta:
—Pues verá usted, doctor, soñé que me ponía gravemente enfermo y moría en un paraje solitario y fúnebre.
—Se debe a que le provoca estrés extremo la proposición que busca estatizar la industria farmacéutica.
—En una ocasión soñé que en México se quería implantar la "Revolución Educativa", "Legalizar el aborto", "presentar croquis de cada toma de agua al Departamento Central".
—La interpretación es muy simple. Sencillamente usted está dotado de facultades proféticas.
—El siguiente sueño que le voy a relatar es todavía más extraño. Vi un campo árido y desértico. Sobre el campo 27 vacas muertas, y riendo a carcajadas la silueta de un hombre barbado.
—El campo es nuestro país: México. Las 27 vacas muertas son los 27 acuerdos firmados con el gobierno cubano, y la silueta del hombre barbado era Fidel Castro.
—En otro sueño que tuve vi un pino sombrío, y al pie del pino un niño llorando.
—El pino sombrío y seco representa lo que fuera en otros tiempos un árbol navideño, adornado con esferas multicolores, heno, tarjetitas y bastones, con foquitos que se prendían y se apagaban a cada rato. El niño llorando era usted mismo: La razón era que le habían cobrado IVA hasta en el aguinaldo...
Otro artículo de Muñoz, publicado también en noviembre de 1983, se titula "Lea, por favor, vale la pena":
¿Y dale, otra vez la burra al trigo! Y para variar, tocando lo mismo... socialismo... esa plaga infesta que desde hace mucho tiempo atrás viene acabando con plantíos y sembradíos: Ese gusano que roe y corroe y hace perforaciones en el espíritu cristiano de todos los mexicanos.
Ahora nos informa el jefe del Departamento de Planificación Familiar en la delegación del imss, doctor Calixto Méndez Soto, que más de 73.000 mujeres han quedado estériles. La situación es todavía más grave cuando sabemos que a muchas mujeres se les ha hecho estériles sin su conocimiento y su consentimiento... ¡Renovación moral?... Dicho delegado manifestó además que son más de 175 000 mujeres (sólo en el estado de Guanajuato) las que se han integrado al programa de planificación familiar y señaló que en la entidad las creencias religiosas no han sido obstáculo para que se lleve a cabo, tomando en cuenta que cada hijo es bienvenido. En el aire de las clínicas sociales, maternidades, todo el olor es a anticonceptivos... asesinato farisaico... La tesis de Maquiavelo de que "el fin justifica los medios" vuelve a la carga. Y esto además de un sofismo, un absurdo. El bien no ha de procurarse a través de medios ilícitos... ¿Y los católicos cómo reaccionaremos ante esta embestida de las espadas y las bayonetas? Sin andarnos por las ramas y hablando en "plata limpia", y dejando de lado pruritos falsos y respetos humanos: Qué es más grave, ¿cegar la vida de un inocente (aborto) u obstruir las vías por donde pudiera transmitirse la vida (uso de anticonceptivos) de un ser, que bien podía haber estado en la mente de Dios de que existiese?
El problema se agudiza aún más si se le juzga desde el punto de vista teológico. Declaraba el papa Paulo VI, en su inmortal transmisión de la vida: "... cuando ésta se cierra, más que privar a la sociedad de un individuo que pudiera engrandecerle, lo peor, le estamos arrebatando a Dios un alma que debiera de adorarle. La cosa no es tan sencilla como para decir "para que no sufra"... ¿Para que no sufra quién?... ¿El niño o los padres?... ¿No hay acaso en este argumento una fuerte dosis de egoísmo escudado?
Publicado también en 1983, Muñoz se refirió al filósofo francés Voltaire en un artículo titulado " 20 años más y veremos qué queda de Dios ":
Así escribía el 25 de febrero de 1768 Voltaire, del que se oyera: "¡Amo apasionadamente a mis hermanos en Belcebú!" Veinte años más y veremos qué queda de Dios. Y como el lugarteniente de la policía de Herault le dijera: "Por mucho que haga, no conseguirá nunca destruir la religión cristiana". "Eso lo veremos", respondió Voltaire. " Estoy ya cansado de oírles repetir que doce hombres han bastado para establecer el cristianismo y tengo ganas de probarles que no hace falta más".
La historia, acertadamente llamada "maestra de la vida", le ha dado a Voltaire con el guante en la cara. De 1768 han pasado ya 225 años. Y el cristianismo, a pesar de los continuos y persistentes intentos de destruirle, sigue floreciendo. En cambio Voltaire yace bajo el polvo.
Diría un antiguo emperador romano: "No malgastéis vuestro tiempo persiguiendo a los cristianos. Si ésa es obra de hombres desaparecerá por sí solo. Si por el contrario, es dios quien la asiste, ¿tiene sentido el esforzarse por aniquilarle?
El planteamiento es a la vez juicioso y sabio. En pleno siglo XX, el cristianismo sigue vivo, y lo que es peor, cada vez más fuerte, y esto aun a pesar de los embates de los enemigos de Cristo.
Podrá saturarnos todo el universo de libros y escritos "revolucionarios", que pretenden la demolición de la catolicidad (léase: universalidad); podrán erigirse miles de palestras, levantarse monumentos, pronunciarse los más brillantes panegíricos, todo ello encauzado a exaltar a la Mentira; podrán destronar de todos los templos las imágenes sagradas, cerrar los sagrarios; podrán cegar la vida de millones de cristianos; podrá la criatura revelarse contra el Creador, pero nunca destruirle... De entre las mismas charcas de sangre inocente brotarán las semillas que habrán de fecundar otros nuevos corazones los principios de la cristiandad... Podrán los hombres callar el nombre de Dios, pero se levantarán entonces las voces de las piedras para testimoniarle y reconocerle.
Voltaire, al igual que muchos, negaba la existencia de Dios, a quien le llamaba el infame, pero sin embargo sin saberlo, con su propia vida demostró lo contrario.
Además de discípulos como Bravo Mena y Muñoz Gutiérrez, Müggemburg, Díaz Cid y Velasco Arzac tienen muchos otros, algunos de los cuales dictan conferencias de manera conjunta y sus principales clientes son gobiernos panistas y empresarios interesados en "análisis político".
Por ejemplo, entre octubre y noviembre de 2002, impartieron el "Seminario liderazgo en la transición" en el hotel Radisson, de Chihuahua, organizado por la Coparmex local y a un costo de 2 mil 500 pesos por persona.
El objetivo: "Concientizar a los líderes políticos, sociales, económicos y de gobierno del actual proceso de transición en México, sus etapas y las acciones que se deben desarrollar para la consolidación de la democracia".
Los ponentes fueron Müggemburg, Manuel Díaz Cid y Bernardo Ardavín Migoni. A veces participan, también, Velasco Arzac, Gerardo Mosqueda Martínez, Jesús Gómez Espejel y hasta Alfredo Anda Páez.
Mosqueda Martínez es propietario desde hace diez años de la empresa Consultoría e Investigación Estratégica, ubicada en León, que presenta servicios de "asesoría gubernamental en las áreas de estrategias de comunicación, plan de gobierno y planeación estratégica"
Y es, como Gómez Espejel y Ramón Muñoz, miembro de la Asociación Latinoamericana de Consultores en Política (Alacop). Este grupo fundó incluso, el 26 de septiembre de 1996, una institución de asistencia privada, Unión de Servicios Solidarios, con el fin de "promover y realizar, entre los socios, intercambios de servicios de todo tipo, sin afán de lucro, en los términos de la Ley de Instituciones de Asistencia Privada, en relación con el artículo 70 de la Ley del Impuesto sobre la Renta".
El patronato era el siguiente: José de Jesús Castellanos, presidente; Carlos Raúl Anaya Moreno, colaborador de Felipe Urbiola, vicepresidente; José Luis Borbolla, responsable de Inteligencia del Yunque, secretario, y Guillermo Cadena Acevedo, presidente de la Cámara Internacional de Comercio, tesorero. Los vocales: Guillermo Velasco Arzac, Manuel Ve-lasco Arzac, Carlos Abascal Carranza, Raúl Vázquez Osorio, Gerardo Mosqueda Martínez, Gerardo Aranda Orozco, delegado de la Secretaría de Economía en Sonora, y Francisco González Garza, ex presidente de la unpf.
La agrupación, sin embargo, se diluyó en 1999.
Pero ésta es su guía: El Perfil del militante adulto. Etapa de madurez:
1. Reconoce en cristo rey al Señor de la Historia y por lo tanto acepta su Reinado Espiritual en las almas y su Reinado Social en el orden temporal.
2. Todas las acciones que ejecuta, todas las decisiones que toma, están ordenadas a la causa, esto es, a lograr que la historia humana sea conforme a la Voluntad Divina: Reinado social de Jesucristo; Instauración o Reinstauración de la Ciudad de Dios, de la Ciudad Católica, del Orden Temporal conforme al Evangelio.
3. Sabe y siente que sin dios y la mediación de maría reyna "nada, absolutamente nada, alcanzará o podrá hacer". Por eso se encomienda a ellos a cada momento, y frecuenta la oración y la eucaristía.
4. Encuentra en el Magisterio de la Iglesia y en la Doctrina Social Cristiana la iluminación para su quehacer político. Por eso los estudia y profundiza.
5. Es consciente de que la ordenación del Estado es indispensable para establecer la Ciudad Católica. Por ello comprende la grandeza de la misión de nuestra obra y se entusiasma, sufre, sueña, trabaja y se desvela por cumplir su parte.
6. No se confunde: Sabe bien que la causa es necesaria y que nuestra obra es contingente y que su permanencia depende de su fidelidad a la causa. Por eso se esfuerza en generar, fortalecer, encauzar el movimiento por la causa.
7. Percibe a nuestra obra como una persona moral de naturaleza cívico-política, integrada por católicos. Por eso no la confunde con otros grupos, aun cuando trabajen en el movimiento por la causa.
8. Acepta y vive con alegría sus notas distintivas:
Jerárquico-consultiva
Primordial
Reservada
Combativa-formadora de dirigentes políticos
9. Se esfuerza por cumplir la promesa que le hizo a Dios de obedecer lo que le mandaran las jefaturas en orden a la causa.
10. Acepta que dios quiere que todos se salven y en esta predestinación señala a sus criaturas distintos caminos para lograrlo, constituyendo así las vocaciones específicas. Sabe que a nosotros nos llamó dios a la política.
11. No tiene duda que en la política encontrará, con la gracia de dios su camino de salvación, y que nuestra obra es un medio propicio para su santificación.
12. Sabe que su vocación a la política se alimenta de la vida sobrenatural y se ejercita para alcanzar la virtud de la prudencia.
13. Vive integrado naturalmente en sociedad y participa como buen ciudadano en la promoción del bien común.
14. Actúa conforme a su dimensión ética y jurídica cumpliendo sus deberes y ejerciendo sus derechos.
15. Trabaja arduamente para despertar vocaciones a la política y formar dirigentes.
16. Combate con los medios a su alcance a las fuerzas de la revolución (a las obras de Satanás). Sin tregua.
17. Detesta el pecado. Ama al pecador.
18. Dedica tiempo en su agenda cotidiana a su preparación y superación personal, política, doctrinal, profesional, familiar y humana.
19. Reconoce que toda autoridad legítima viene de dios, de ahí el sentido sobrenatural que tienen sus acciones y decisiones cuando obedece lo que las jefaturas mandan, en orden a la causa.
20. Paga con puntualidad y generosidad sus cuotas para que nuestra obra pueda expanderse dentro y fuera de nuestro país. Sabe de la gravedad moral de no hacerlo si tiene los medios.
21. Practica la caridad tanto en obras materiales como de misericordia, sobre todo con los más pobres y reconoce en la política el más noble y supremo apostolado de la caridad.
22. Su ideal es entrar a la política para lograr que voluntariamente todos los pueblos se sometan a la orealeza social de jesucristo.
23. En su agenda siempre hay un tiempo para estudiar las enseñanzas de la historia y el conocimiento de las ciencias sociales, económicas y políticas.
24. Se esfuerza para vivir su vocación política junto con su familia. No la usa como pretexto para no militar en nuestra obra, ni a ésta como argumento para pretender justificar el descuido de la familia. Busca que todos trabajen por la causa y de preferencia dentro de nuestra obra.
25. Sus acciones no siempre conducen a los resultados deseados, pero siempre está ahí, con una fidelidad a toda prueba.
26. Jamás compromete a la Iglesia Jerárquica al asumir sus actividades políticas.
27. Pugna por la paz como uno de los valores fundamentales del orden social.
28. No persigue el poder sobre la sociedad al estilo de la revolución. Lo busca para evangelizar las estructuras y las instituciones.
29. El desarrollo de su militancia se da en un equilibrio y reciprocidad entre el ser, el hacer y el conocer.
30. Frente a las exigencias de la causa, su hacer no tiende a la extroversión, ni por los RIESGOS a la introversión: sabe que lo primero hipoteca el futuro y lo segundo no es política.
31. Cuando planea y define sus estrategias se encomienda a jesucristo y a maría reyna y busca hacer su trabajo con un alto grado de profesionalismo y responsabilidad para lograr sus objetivos con las menores desviaciones, errores y adversidades.
32. Al grado de que realiza su actividad política al nivel como se desempeña en su vida laboral, empresarial o profesional.
33. Quiere y ama a nuestra obra por su misión, por el bien enorme que le ha hecho a nuestra Patria, por ser un instrumento de salvación y un vehículo de triunfo, porque siendo una obra para santos, dios ha escogido pecadores.
34. No se impacienta ni desanima ni acelera. Si eso ocurre es algo que pronto supera. Sabe que el desarrollo es un proceso de nuestra obra sobre los medios concretos. Por tanto es gradual e integral. (Supone el desenvolvimiento del ser, el grado de conocimiento y la maduración del hacer).
35. Su identificación y fidelidad con la causa es tal que se desvive por conquistar las almas y los medios para cristo rey.
36. Si tiene subordinados bajo su mando los ve como hijo de dios y no como instrumentos de la acción política. Sabe que dará cuenta de ellos a nuestro Señor Jesucristo.
37. Evalúa los resultados de sus acción política en factores humanos: Nuevas vocaciones, superación, experiencia y en proporción a las inversiones humanas para lograrlo.
38. Le queda claro que los ámbitos católicos juveniles son el principal semillero de vocaciones. Por eso se preocupa de preservar estas áreas de crecimiento. (La vanguardia de la juventud es la clave de la explosión y la permanencia).
39. Su estado habitual es el estado de gracia. Se confiesa pecador, pero no quiere vivir en pecado.
40. Confía en que dios nos dará el triunfo, pero sólo si somos fieles a ÉL y a nuestra vocación.
41. Ha dado muestras fehacientes de su rechazo a llevar una vida mediocre, egoísta y comodina, y de sus disposiciones al trabajo, al servicio, al compromiso y aun al martirio.
42. Como militante comprometió sus proyectos personales a estar vinculados al desarrollo de nuestra Obra.
43. Su amor por nuestra Obra y sus integrantes es como el de una madre: no se fija en bagatelas. Su militancia ya no depende del ejemplo o conducta de los demás.
44. Basta ver sus frutos para que todos nos demos cuenta de su calidad de cristiano y de su desarrollo orgánico.
45. Se exige mucho a sí mismo, y es fraternalmente caritativo frente a los errores de los demás.
46. Es objetivo. No se deja llevar por sus juicios críticos, ni por supuestos o chismes.
47. Asiste y participa semanalmente en sus juntas y reuniones, y cumple con puntualidad y entusiasmo con las comisiones que le ordenan o encomiendan.
48. Echa raíces y da frutos en el medio donde dios lo ha plantado. Está listo para reinstalarse en el momento en que dios se lo pida.
49. No busca usar a nuestra obra como trampolín político ni como bolsa de trabajo. Su entrega es generosa y libre de intereses particulares.
50. Se ha abandonado totalmente a las manos de dios.
Tal cual.