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2023 Ignorancia. Una historia global. Peter Burke.
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LA IGNORANCIA EN LA POLÍTICA
La nación que quiere ser ignorante y libre en un estado de civilización quiere lo que nunca ha sido y nunca será. THOMAS JEFFERSON
Las publicaciones de Michel Foucault han contribuido a que mucha gente entienda la relación entre el poder y el conocimiento con más claridad que nunca. Pero también resulta esclarecedor estudiar la relación entre el poder y la ignorancia. Aquí vamos a examinar tres formas principales de ignorancia política. En primer lugar, la ignorancia del pueblo, de los gobernados. En segundo lugar, la ignorancia de los gobernantes, ya sean reyes, primeros ministros o presidentes. Y, por último, la ignorancia organizativa que se construye dentro del sistema político, de la maquinaria del gobierno. Las consecuencias de estas ignorancias suelen ser inintencionadas, impredecibles y, con frecuencia, desastrosas. Como dijo Foucault en cierta ocasión, «la gente sabe lo que hace; también suele saber por qué hace lo que hace. Pero lo que no sabe es qué hace lo que hace».
La ignorancia de los gobernados: autocracias
La ignorancia de la gente de a pie tiene un gran valor para los regímenes autoritarios, pero es una fuente de problemas en las democracias. Basta con observar que el contraste entre la democracia y el despotismo (o, por utilizar un término más neutral, la autocracia) es de grado, no de cualidad. Los regímenes son más o menos autoritarios, más o menos democráticos.
En el siglo XVII, en una era de monarquía absolutista, cuando el rey Luis XIII gobernaba el país junto con el poderoso cardenal Richelieu, este observó con una claridad brutal propia de Maquiavelo que, aunque a veces la ignorancia es «perjudicial para el Estado» (préjudiciable á l'Estat), también el conocimiento lo es en ocasiones. Por ejemplo, la educación de los campesinos y los granjeros acabaría con la agricultura y sería difícil reclutar soldados. Además, una educación generalizada haría que creciera el número de personas «capaces de generar dudas» con respecto al número de personas capaces de resolverlas. En otras palabras, aunque no lo dijera así, Richelieu pensaba que la educación para todos haría que demasiadas personas fueran capaces de cuestionar el gobierno y a la Iglesia. Un siglo más tarde, la Academia de Ruan discutió sobre si los campesinos alfabetizados serían una ventaja o un problema para el Estado.
Voltaire debía de estar de acuerdo con Richelieu, porque en 1763 dio las gracias a Louis-Rene de la Chalotais por defender que había que excluir de la educación a los trabajadores manuales (aunque más adelante cambió de idea). De manera similar, doscientos años más tarde, el rey Federico VI de Dinamarca, que gobernó entre 1808 y 1839, declaró que «el campesino tiene que aprender a leer, a escribir y a hacer cuentas. Tiene que aprender sus deberes para con Dios, para consigo mismo y para con los demás. Y nada más, o se le meten ideas en la cabeza».
Henry Oldenburg, un alemán que vivió en Inglaterra, que llegó a ser secretario de la Royal Society y que se pasó su vida profesional transmitiendo conocimientos, hizo una sugerencia semejante en 1659, pero desde el punto de vista contrario. Oldenburg escribió que el sultán otomano, un excelente ejemplo de lo que ya se empezaba a conocer como «despotismo oriental», «considera muy útil para sí mismo rodearse de gentes de cuya ignorancia se pueda aprovechar».
El periodista polaco Ryszard Kapusciñski le dio la razón a Oldenburg. En 1982, sus artículos sobre Irán bajo el dominio del sha relataban que «una dictadura depende de la ignorancia de la gente para existir; por eso los dictadores se toman tantas molestias en cultivar la ignorancia».
Precisamente para mantener esa ignorancia, especialmente la ignorancia de alternativas a la línea oficial, los regímenes autoritarios en la Iglesia y en el Estado han recurrido desde hace mucho tiempo a la censura. […]
Mantener a la gente en la ignorancia puede solucionar algunos problemas de los autócratas, pero también genera otros. En el caso de la política, igual que en los negocios o en la geografía, la falta de información se rellena con rumores que medran allí́ donde la demanda de noticias supera a la oferta. […]
Los autócratas cultivan la ignorancia de aquellos sobre los que gobiernan, pero para los regímenes democráticos es una fuente constante de ansiedad. En Estados Unidos se recuerda la afirmación de Thomas Jefferson: «La nación que quiere ser ignorante y libre en un estado de civilización quiere lo que nunca ha sido y nunca será́». Lo mismo vino a decir James Madison, que señaló́ que la «información popular» era imprescindible, ya que «el conocimiento siempre gobernará por encima de la ignorancia». Los que se oponían a la ampliación del derecho al voto se han basado por lo general en el argumento de que los trabajadores, o los antiguos esclavos, o las mujeres, no tienen los conocimientos necesarios para votar con racionalidad.
[…] la ignorancia no es solo propia de los individuos, sino también de las organizaciones. La ignorancia organizativa se suele estudiar en los negocios, pero las organizaciones políticas, como los aparatos de Estado, están formadas por varios niveles y de nuevo nos encontramos con que lo que sabe un nivel otro puede ignorarlo perfectamente.
Los gobiernos cada vez saben más sobre el pueblo al que gobiernan, pero los individuos en la administración, hasta los que ocupan los puestos más altos, cuentan con una porción cada vez más reducida de ese conocimiento, y además se enfrentan al problema de tener que «procesar más información de la que pueden gestionar o comprender»
ÍNDICE
PREFACIO Y AGRADECIMIENTOS
PARTE I. LA IGNORANCIA EN LA SOCIEDAD
- ¿Qué es la ignorancia?
2. Lo que dicen los filósofos sobre la ignorancia
3. Ignorancia colectiva
4. El estudio de la ignorancia
5. Historias de la ignorancia
6. La ignorancia de la religión
7. La ignorancia de la ciencia
8. La ignorancia de la geografía
PARTE II. CONSECUENCIAS DE LA IGNORANCIA - La ignorancia en la guerra
10. La ignorancia en los negocios
11. La ignorancia en la política
12. Sorpresas y catástrofes
13. Secretos y mentiras
14. Futuros inciertos
15. La ignorancia del pasado
CONCLUSIÓN. EL NUEVO CONOCIMIENTO Y LA NUEVA IGNORANCIA
LECTURAS ADICIONALES
GLOSARIO
CRÉDITOS